El estado Táchira, en la frontera con Colombia, tiene dos puntos álgidos informativos de vieja data: la gasolina, por la escasez cíclica que desde hace 20 años se presenta y el cierre o apertura de la frontera, que desde el 2015 genera tanto incertidumbre como expectativa. Y este 2021, al segundo año de pandemia, se le agrega el de las vacunas contra la COVID-19; tan escasas como anheladas, reseñó La Nación.