Venezuela cerró el año 2020 con una inflación de 3.713%, la más alta en el mundo y en medio de una crisis sanitaria por la pandemia que ha afectado los ingresos de buena parte de los venezolanos. Si bien es una cifra muy inferior a la de 2018 (1.698.844,2%) y a la de 2019 (7.374,4%), reportadas por la Asamblea Nacional (AN), evidencia que el país no ha salido del ciclo hiperinflacionario en el que se encuentra desde noviembre de 2017.
En diciembre los precios de bienes y servicios aumentaron 21,2%, en promedio, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas, instancia creada en 2020 por la Asamblea Nacional de Juan Guaidó con el objetivo de darle continuidad a los reportes de los indicadores macroeconómicos tras la toma de posesión del nuevo parlamento, de mayoría oficialista.
El diputado y economista José Guerra indica que entre los rubros que experimentaron los mayores aumentos en diciembre, destaca con mucha fuerza el sector de alimentos, con una variación promedio de 65,1%. “Esto afecta considerablemente a los estratos más pobres, cuyo gasto está concentrado en alimentos. No gasta en alquiler ni en esparcimiento”.
La canasta de alimentos calculada por el observatorio se ubicó en diciembre en Bs 273 millones 142 mil 565, un alza de 1.594% en comparación con el costo de enero, que fue de Bs 16 millones 117 mil 209.
El monto correspondiente a diciembre equivale a 227 salarios mínimo y medio de Bs 1 millón 200 mil. De hecho, la instancia asegura que el sueldo base alcanzó en 2020 su mínimo histórico al cubrir apenas 0,88% de la canasta alimentaria.
Luego de los alimentos, le siguen los rubros servicios de comunicación, que aumentaron 27,6%; servicios, que subieron 26,3%; bebidas alcohólicas y tabaco, que variaron 20,5%; y esparcimiento, que creció 18,3% en diciembre.
Buscando la estabilización
Guerra advierte que los niveles de inflación de 2021 -que en principio estarían entre 1.000% y 1.500%- dependerán del financiamiento monetaria del BCV al fisco y si el ente emisor puede estabilizar la tasa de cambio.
Señala que una estrategia que ha tomado el ente emisor ha sido poner dólares en el sistema financiero y crear bolívares para que el sector privado se los pueda comprar.
“El Banco Central distribuye a la banca dólares en efectivo, a razón de unos 15 millones de dólares semanales de acuerdo a la importancia del banco. El primero es el Banco de Venezuela. Va asignando cuotas semanales para que las instituciones financieras las distribuyan a los clientes de manera de tratar de satisfacer la demanda de divisas en el mercado. Este es el mecanismo de intervención que está usando el Banco Central actualmente. Antes era con euros, ahora es con dólares en efectivo. El banco recibe los dólares en efectivo y los vende a los clientes”, explica Guerra.
Caracas / Carlos Seijas Meneses