Dada la escasez de unidades de transporte y el incumplimiento de las rutas y tarifas en las pocas convencionales que existen en la zona norte de Anzoátegui, en el Bus de Tránsito Rápido (BTR) “Cacique Cayaurima” las personas viajan hacinadas en las cuatro líneas desde hace más de tres meses. Al menos así lo denunciaron los usuarios.
Según Rosa Medina, a la migración de pasajeros también se le suma que cada vez son menos los buses articulados que se ven en la calle, por lo que duran horas de espera, llegando tarde a sus destinos.
Sin embargo, el presidente de TranAnzoátegui, Dilio Marcano, dijo el pasado martes, en rueda de prensa, que había más de 20 unidades operativas y otras dos decenas por incorporarse tras recibir mantenimiento.
“Uno dura hasta dos y tres horas esperando un autobús en las paradas y cuando llegan están tan cargados de personas que a veces ni siquiera abren las puertas para subir. Eso de ser puntual en este país parece que se acabó por la situación del transporte”, aseguró.
En medio del audio: “estimado pasajero, por favor movilícese al final del autobús” o el operador pidiéndole a gritos a las personas que ocupen los espacios vacíos, el mecánico José Alcalá comentó que viaja diariamente desde el sector El Viñedo de Barcelona hasta Molorca, en la línea 3.
“Meten tanta gente en un autobús que la regla de 30 segundos para embarque y desembarque no se cumple. Un viaje que debería durar máximo 40 minutos se alarga a más de una hora, ¿a dónde dejamos el nombre de Bus de Tránsito Rápido?”, se preguntó.
Consecuencias
En días pasados, Marcano declaró que para poder movilizar a tantos usuarios en las horas pico, habilitaban unidades que entran en la lista de las que requieren mantenimiento bien sea por aire acondicionado o falta de vidrios tras ser víctimas de violencia en las vías.
No obstante, el ama de casa Sol García indicó que debido al hacinamiento y la falta de oxígeno, más de una persona se ha mareado y hasta desmayado como consecuencia.
“El miércoles fui testigo de un caso. Una señora, de unos 50 años, le dio una moridera de lo lleno que venía el autobús con poco aire acondicionado. Tuvimos que ponerla a inhalar colonia y darle agua para que reaccionara. Eso no fue impedimento para que el chofer siguiera cargando pasajeros en el resto de las paradas”, aseguró.
Puerto La Cruz / Elisa Gómez