El tribunal en segunda instancia que condenó al expresidente brasileño Luis Ignacio Lula Da Silva a 12 años de cárcel por corrupción, rechazó ayer los recursos presentados por la defensa y lo dejó a un paso de la cárcel, aunque el exmandatario cuenta con un salvoconducto hasta el 4 de abril.
Los tres magistrados de la octava sala del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Porto Alegre (TRF4) desestimaron por unanimidad los amparos presentados por los abogados de Lula y le abrieron así las puertas al penal.
No obstante, Lula no podrá ir preso hasta el 4 de abril, cuando la Corte Suprema tiene previsto analizar un “hábeas corpus” presentado por la defensa y que alega que el encarcelamiento no puede concretarse hasta que se agoten todos los recursos posibles en instancias superiores.
El exgobernante (2003-2010) fue condenado el pasado 24 de enero, en segunda instancia, a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, asociados en ambos casos al escándalo detectado en la estatal Petrobras.
Apelación rechazada
En su sentencia, los magistrados del TRF4 determinaron el cumplimiento inmediato de la pena una vez analizadas todas las apelaciones en esa corte, apoyados en una cautelar del Supremo dictada en 2016.
Tras el fallo del TRF4, la defensa de Lula presentó lo que se conoce como “embargo de declaración”, un recurso en el que se solicita un esclarecimiento de la decisión judicial, pero que no puede modificar el contenido de la sentencia.
La apelación fue rechazada por los tres magistrados del TRF4, que ratificaron la sentencia.
Sao Paulo / Agencias
