La ventaja del conservador Alejandro Giammattei en las elecciones presidenciales de Guatemala es irreversible, informó el domingo por la noche el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Julio Solórzano, magistrado presidente del TSE, dijo en conferencia de prensa que el cómputo registrado hasta el momento ya no tendría variaciones significativas. Sin embargo, se agregó que el proceso electoral aún no ha terminado y que los resultados definitivos se darían a conocer próximamente, cuando finalicen los plazos abiertos para impugnaciones.
“Fue una elección limpia”, dijo Solórzano al ser cuestionado sobre si hay dudas del proceso.
Con casi 98% de las mesas de votación escrutadas, Alejandro Giammattei, candidato conservador del partido “Vamos” obtenía el 58.37% de los votos mientras que su rival, la exprimera dama Sandra Torres -del partido Unidad Nacional de la Esperanza- mantenía 41.64%.
La segunda ronda electoral finalizó con un alto nivel de abstencionismo. Según publicó el TSE, de los más de ocho millones de guatemaltecos inscritos al padrón, se abstuvieron casi cinco millones.
Muy cerca del centro de cómputo, el partido de Giammattei instaló una tarima donde habló para sus simpatizantes al difundirse los primeros resultados. “Quiero agradecer profundamente a todos mis amigos de mil batallas, asesores que nos acompañaron en esta dura lucha que no fue fácil. El objetivo se cumplió”, dijo.
“Con un nudo en la garganta, 12 años después vengo a decirles que para este humilde servidor, este humilde ciudadano de Guatemala, va a ser un inmenso honor ser el presidente del país al que amo tanto”, agregó.
Celebración
Con cohetillos y bombas caseras, decenas de simpatizantes celebraban la victoria de Giammattei.
Giammattei, un médico de 63 años, buscaba la presidencia por cuarta ocasión y quiere imponer mano dura contra el crimen y reintroducir la aplicación de la pena de muerte; se opone férreamente al matrimonio homosexual y al aborto y defiende los valores tradicionales
Torres, quien estuvo casada con el expresidente Álvaro Colom (2008-2012), tiene una carrera propia como empresaria en la que dirigió una compañía textil. Promete mejorar la educación, la sanidad y la economía. También ha propuesto un plan anticorrupción, aunque ella y su partido han sido acusados por la fiscalía de financiarse ilícitamente en las elecciones de 2015.
Aunque la candidata no se había pronunciado tras la difusión de las cifras, Óscar Argueta, Secretario General de su partido, dijo que reconocían la derrota y que le deseaban un buen gobierno a Giammattei.
El procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, indicó por la noche que espera que la nueva gestión sea “un gobierno tolerante a las críticas, al ejercicio de pesos y contrapesos y a los órganos de control como la Procuraduría de Derechos Humanos, la Corte de Constitucionalidad y la Contraloría General de Cuentas”.
En la calle, el sentir de los guatemaltecos era contrastante.
“Creo que va a ser lo mismo de este gobierno. Creo que a pesar de un plan de trabajo va a seguir la improvisación. No veo mayor cambio a lo que tenemos actualmente”, dijo a la AP Guillermo Cacao, empresario guatemalteco, tras darse a conocer los primeros resultados oficiales.
Por su parte, Leonel Regalado, un ciudadano que observaba la llegada de Giammattei al centro de cómputo expresó que espera que el nuevo presidente cumpla con sus promesas de campaña y se enfoque en la lucha contra la corrupción. “Espero que haya quedado la mejor opción de los dos. Yo solo espero que Giammattei cumpla sus promesas, que luche realmente contra la corrupción y esperemos que no robe, porque ya sería el colmo que también robara descaradamente como lo hizo Jimmy Morales”.
Guatemala celebró la primera ronda de las elecciones generales el 16 de junio, pero ningún candidato consiguió votos necesarios para asumir el cargo.
El ganador del domingo, que asumirá el cargo el 14 de enero, tendrá entre sus retos atajar el gran flujo de migrantes que salen hacia Estados Unidos.
El gobierno del presidente saliente, Jimmy Morales, firmó el 6 de julio un acuerdo con Estados Unidos que obligaría a salvadoreños, hondureños y otros migrantes a pedir asilo en Guatemala si cruzan al país en su ruta hacia Estados Unidos. El próximo presidente tendrá que implementar el acuerdo de “tercer país seguro”, que aún tiene recursos legales que salvar en el país, que podría reducir el número de migrantes que llegan a la frontera estadounidense.
Problema crónico
Además de la migración, el nuevo gobierno también deberá enfrentar la desnutrición crónica de unos 800.000 niños menores de 5 años, un 90% de impunidad en el sistema de justicia, y los temas que preocupan a la población como la delincuencia, el desempleo, los crecientes costes de la vida y la arraigada corrupción.
Tres de los últimos cuatro presidentes electos fueron detenidos tras su mandato por acusaciones de corrupción. Morales decidió no renovar el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), una comisión anticorrupción de Naciones Unidas, tras verse acusado de incumplir las normas de financiamiento electoral. La comisión finaliza en septiembre tras 12 años de trabajo en el país y de desarticular más de 60 estructuras del crimen organizado.
Ricardo Barreno, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, dice que el próximo presidente debe lidiar, además de la migración, con un Congreso dividido e integrado por 19 partidos políticos y con una deteriorada imagen en el exterior.
“El nuevo gobernante debe liderar un país que desde fuera es visto (por otros países) como una nación con retrocesos en la lucha contra la corrupción a raíz de la no renovación del mandato de la Cicig”, opinó Barreno.
La campaña presidencial se vio marcada por una caótica sucesión de decisiones judiciales, intrigas, cambios ilegales de partido y acusaciones de malas prácticas que truncaron las candidaturas de dos de los tres favoritos a la presidencia.
Ciudad de Guatemala / Sonia Pérez y Sonny Figueroa / AP