Trabajadores de la construcción se reunieron la mañana de este miércoles, en la antigua Maestranza de Barcelona, para manifestar que se sienten burlados por la falta de respuesta sobre la reactivación de la obra del terminal de pasajeros José Antonio Anzoátegui.
Señalaron que el 3 de diciembre, durante la juramentación de Luis José Marcano como gobernador del estado Anzoátegui, el presidente Nicolás Maduro anunció la puesta en marcha de los trabajos y hasta la fecha, todo sigue igual.
“Nos sentimos engañados y burlados porque pasaron ocho meses y ni el Ejecutivo estadal ni el municipal han venido a darnos una respuesta fija y contundente. Hoy le tomo la palabra al diputado Diosdado Cabello cuando dice que oigan al pueblo. Aquí está un pueblo de esperanzas, de futuro, que solo quiere trabajar. Aquí no se hacen guarimbas. Aquí la gente viene con la esperanza de buscar un trabajo para llevar el sustento a sus familias”, comentó José Hurtado, presidente del Sindicato de la Construcción en la entidad.
Recorrido
Para buscar respuestas, el gremio de la construcción ha acudido al Consejo Legislativo del estado Anzoátegui (Cleanz), a la alcaldía del municipio Simón Bolívar, a la gobernación y a la Asamblea Nacional (AN) sin obtener fecha de inicio de las operaciones.
“En Caracas nos dicen que sí hay punto de cuenta, pero sólo el gobernador del estado tiene el poder de agilizar la construcción, pese a ser una obra nacional. El gobernador anuncia que piensa reactivar el turismo en la entidad, ¿pero sin terminal? Cuál terminal tiene Barcelona, cuál tiene Puerto La Cruz, ahí vemos el de La Aduana totalmente destruido. El futuro del turismo está en La Maestranza, donde se habla de un terminal de magnitud”, resaltó Hurtado.
Pese a la falta de respuestas, los trabajadores señalaron que se mantendrán en las instalaciones hasta lograr los objetivos. Manifestaron que de ser necesario un grupo puede acompañar al gobernador a Caracas a solicitar la reactivación de las obras en el estado, en especial la de terminal que es la más demandada.
Barcelona / Elisa Gómez