Las devastadoras inundaciones en el sur de Brasil han provocado la muerte de al menos 40 personas y han dejado 68 desaparecidos, según el último parte de las autoridades divulgado este viernes.
Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Uruguay y Argentina, es la región más afectada con 39 fallecidos y el otro deceso fue registrado en el vecino estado de Santa Catarina.
A este balance, se suman 74 heridos y decenas de miles de personas desalojadas, de las cuales 8.168 se encuentran en refugios públicos y otras 24.080 en casas de familiares o amigos, según la Defensa Civil de Rio Grande do Sul.
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, dijo en una rueda de prensa que "los números pueden cambiar sustancialmente", a medida que los cuerpos de rescate tengan acceso a las localidades que permanecen aisladas.
Un total de 265 municipios, más de la mitad de los que forman el estado, se han visto afectados, incluida la capital regional, Porto Alegre, cuyo centro histórico está inundado después de que el río Guaíba se desbordara, al alcanzar su nivel más alto en ocho décadas.
Cerca de 200 calles de la ciudad y una decena de centros de salud tuvieron que ser cerrados, y el Ayuntamiento bloqueó todos los accesos al centro histórico.
De hecho, los puentes que cruzan el río en dirección a esta ciudad de 1,3 millones de habitantes también fueron cerrados al tráfico, excepto para ambulancias y vehículos de rescate.
Un día después de visitar la región afectada, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que esta era "una de las mayores inundaciones" de las que tenía conocimiento y repitió que el Gobierno no iba a escatimar recursos para atender la tragedia.
Las Fuerzas Armadas han desplegado a 900 militares y nueve aeronaves para ayudar en las labores de rescate, que se suman a los 2.000 efectivos de los cuerpos de rescate regionales.
Rio Grande do Sul, con una población de 11 millones de personas, ha sufrido en el último año una serie de eventos climáticos extremos asociados al fenómeno de El Niño, que provoca un aumento de las precipitaciones en el sur del país.
Porto Alegre / EFE