La necesidad de estar comunicados frente a los elevados montos de los teléfonos pone a pensar a más de uno.
Aunque tener un teléfono inteligente es el deseo de cualquier persona que quiere estar a la par de la tecnología, conformarse con equipos que cuenten con las funciones básicas resulta más barato. No obstante, incluso tener estos equipos es un lujo en la actualidad.
Un teléfono Android, de pantalla táctil, con cámara trasera y frontal, gran capacidad de almacenamiento y aplicaciones, puede costar más de un millón de bolívares, lo que equivale a más de 25 salarios mínimos.
Mientras que un “potecito”, como muchos suelen llamar a los celulares que no son inteligentes, cuesta más de 300 mil bolívares en tiendas y agencias telefónicas de la zona norte de Anzoátegui. Este monto representaría una inversión de ocho sueldos establecidos por el Estado.
“Yo quería comprarme un celular porque no tengo cómo comunicarme con nadie, pero en vista de que tendría que dejar de comer y comprar otras cosas que son indispensables, no podré hacerlo”, confesó Ambar Suárez.
Uno por 15 y dos por 20 dólares es la oferta de teléfonos marca BLU sobre la que se puede leer en la vitrina de una tienda, en Barcelona. Estos equipos sencillos sólo ejecutan funciones primordiales como llamar y mandar mensajes.
De los ciudadanos consultados, sólo uno dijo que pudo comprarse un teléfono nuevo hace pocos días. Acotó que pudo adquirir este equipo gracias a las remesas que recibe de un familiar que está en otro país. “Sino, no hubiera podido comprarlo con mi sueldo”, acotó.
Barcelona / Milena Pérez
