Como una temporada mala. Así ha sido catalogada esta Semana Santa por los vendedores de pescado y especies marinas de Barcelona.
A pesar de que esta es la proteína tradicional de este asueto, los elevados precios de estos productos en la actualidad han influido negativamente en las ventas.
“Los clientes dicen que el pollo está más barato, pero no es culpa de nosotros sino de los mayoristas, que desde hace dos días aumentaron todo”, expresó Yojer Barrios, quien tiene un puesto en la Fuente Luminosa y desde hace 13 años se dedica a este oficio.
Como ejemplo, explicó que anteriormente compraba la caja de 10 kg de cojinúa en $18 y actualmente está en $32.
Tras un recorrido hecho por la Fuente Luminosa se constató que por el incremento de precio de esta especie, está siendo exhibida muy poco.
“Antes compraba tres cajas para vender al detal el kilogramo en Bs 60 y hoy solo puedo comprar una para vender al detal entre Bs 100 y Bs 120”.
En su puesto, también ofrecía 1.000 gramos de cataco, picúa y lamparosa en Bs 60; mojarra, corocoro y cabaña pintada en Bs 70, raya en Bs 75, jurelete en Bs 90, cabaña blanca en Bs 100, cazón y atún fresco en Bs 120; mientras que en Bs 130 comercializaba el pescado salado.
Para Deibis Mata, quien vende pescado en las adyacencias del Puente Bolívar, cerca del río Neverí, "las ventas están de lo peor”.
Señaló que compra el kilo de raya al mayor en $3 para venderlo en $3,50 y más o menos en ese rango, se mantiene su margen de ganancia con la mercancía.
“El jurel y la cojinúa están por las nubes, una caja cuenta entre $35 y $40. Por eso no lo estoy vendiendo”, aclaró.
Barcelona / Elisa Gómez