Según la encuesta Psicodata Venezuela, llevada a cabo por la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Bolívar es el estado en el que sus ciudadanos experimentan la situación económica más estresante, al menos 6 puntos (71%) por encima del resto del país (65%).
El alto costo de los alimentos (en la región la canasta básica es la más costosa del país), la conflictividad social, los bajos salarios y el extractivismo son algunos de los elementos que suscitan un escenario diferenciado en Bolívar, donde la encuesta también arrojó que las mujeres están en un escenario de mayor vulnerabilidad que en el resto del país.
El estudio es de carácter nacional y contó con una muestra de 1.500 personas, la finalidad de la investigación es hacer una radiografía del estado psicológico de los venezolanos en al menos 14 dimensiones como la satisfacción personal, el duelo, las dificultades para identificar emociones, el malestar psicológico y la desconfianza en el otro.
La exposición de los resultados estuvo a cargo de los investigadores: el sacerdote Danny Socorro, director de la Escuela de Psicología de la UCAB; Ángel Oropeza, doctor en Ciencias Políticas, psicólogo y docente; y Celibeth Guarín, psicóloga y docente de la UCAB.
El estrés económico, malestar físico, el duelo, y la desconfianza fueron algunos de los elementos negativos que están en la psique de los venezolanos. Uno de los datos más alarmantes para los especialistas es que el 81% de los encuestados aseveró que no puede confiar en la mayoría de las personas.
Asimismo, el 90% manifestó sentir preocupación por la situación nacional y 73% siente tristeza al pensar en el futuro de la nación. A su vez, la mayoría reportó estar en etapa de duelo debido a la migración de algún allegado.
“Hay un 81% de la población que dice que no se puede confiar en la mayoría de las personas. Eso, en el contexto latinoamericano, no es extraño. En América Latina hay alta desconfianza en comparación de otros continentes, pero dentro de América Latina, Venezuela es el más desconfiado de todos. Eso tiene consecuencias psicosociales importantes: cómo construir capital social si no confías en el otro. Si no puedo confiar en el otro, ¿de dónde viene el orden social? Hay que generar confianza”, destacó Ángel Oropeza.
¿El principal malestar del venezolano? La situación económica. 6 de 10 entrevistados (64%) consideró que la principal fuente de estrés son los problemas económicos. La política, la democracia… entre otros puntos que, en otras épocas, fueron de gran interés hoy pasan a segundo plano.
A su vez, el estado Bolívar es la región en la cual la crisis económica genera mayores índices de estrés a sus habitantes.
“Hay mucha preocupación, rabia y tristeza. Hay un efecto negativo. La preocupación que ronda el 90% le pasa por encima a la política. 90% de la población está preocupada porque no sabe qué pasará en el país. Fuera de la familia que es nuestro principal apoyo, hay muy poco apoyo social en otras cosas. Es importante que el ciudadano no descanse solo en la familia. La familia está sobrecargada de funciones. El Estado y otras instituciones deberían estar trabajando”, destacaron los expositores.
La tristeza, el estancamiento y la frustración son algunos de los sentimientos que los encuestados usaron para definir su vida dentro del país, esto en un contexto de emergencia humanitaria compleja y altos índices de desempleo.
El 28% de los encuestados consideraron que su capacidad de logro está limitada por malestares físicos. 35% alegó que “no vale la pena luchar porque son los vivos los que siempre ganan”. El 49% considera que no ha logrado progreso en sus metas personales. Mientras que el 46% considera que no vale la pena planificar porque todo es cuestión de suerte.
Según especialistas, la falta de planificación e incapacidad para trazar proyectos a largo plazo debido a la inestabilidad económica se han traducido en una juventud a la que le cuesta proyectarse, indecisa y falta de dirección.
Según el estudio, cada vez es más difícil para el venezolano expresar lo que siente o identificar sus emociones. Siendo las mujeres un grupo especialmente vulnerable en esta área.
La encuesta arrojó que el 54% de los ciudadanos tiene dificultad para expresar sus sentimientos, al 51% le cuesta encontrar palabras para describir sus sentimientos y 45% reconoce tener sentimientos que no puede identificar.
Bolívar arrojó altos índices de vulnerabilidad, siendo los segmentos más afectados las mujeres y los más pobres. Por encima de lo encontrado a nivel nacional, en Bolívar a las mujeres les está costando más identificar emociones y sentimientos.
El 53% de las mujeres bolivarenses no sabe identificar si se sienten tristes, asustadas o molestas. A su vez, el 55% reportó tener problemas para llevar a cabo actividades y concentrarse. Este resultado está 11% por encima de la media nacional.
Los expositores consideraron que esta situación propicia casos de violencia basada en género, situaciones de riesgo y hasta suicidio si no se atiende correctamente.
“Si uno ve la fotografía completa en el tema de las mujeres. Primero, vemos que se sienten estancadas. Se sienten limitadas para progresar en la vida. Tienen malestar psicológico, dificultad para yo poder identificar qué siento, ponerle palabras. Eso es una bomba de tiempo. Es muy peligroso. Eso hace que la mujer sea vulnerable. Es impulsiva, reactiva. Esto es un coctel fácil para el suicidio”, expuso Danny Socorro, director de la Escuela de Psicología de la UCAB.
Por su parte, Celibeth Guarín, psicóloga y expositora, añadió que en Bolívar hay un patrón de denuncia impreciso: la mujer denuncia, se hacen evidentes las situaciones; pero no prosiguen los casos.
“Se hacen las situaciones y las mujeres no siguen acudiendo. Podemos ver allí cómo la falta de expresión emocional y la confusión emocional, pudiese ser un factor de riesgo que predispone a las mujeres en estos casos”.
A pesar de los aspectos negativos, los investigadores se encontraron con que la mayoría de los encuestados valora su vida, teniendo que el 73% afirma haber conseguido cosas importantes. En una escala del 1 al 10, el 42% considera su nivel de satisfacción de vida como un 8.
En este sentido, también se reportaron altos niveles de deseo por participar, el 59% manifestó querer participar en actividades sociales y políticas. Los especialistas encontraron en esta cifra algo positivo, puesto que la mayoría se considera capaz de ser agente de cambio.
Bolívar / Correo del Caroní