Cientos de vecinos de Tijuana se congregaron en torno a un monumento en un barrio pudiente de la ciudad para protestar la presencia de miles de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos.
Los vecinos agitaron banderas, cantaron el himno nacional mexicano y corearon, “¡Fuera, fuera!” el domingo frente a una estatua del emperador azteca Cuauhtémoc, a 1,6 kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
Acusaron a los migrantes de sucios, desagradecidos y un peligro para la ciudad. Calificaron a la caravana de “invasión”. Y expresaron el temor de que se use el dinero de sus impuestos para mantener al grupo, que podría estar detenido durante meses mientras aguarda el permiso de entrar a Estados Unidos para pedir asilo.
"No es posible que a esta gente que viene invadiendo nuestro país y pisando nuestros derechos y profanando nuestra tierra le estén dando tanto apoyo", opina Martha Sánchez, que aboga por un censo de los centroamericanos "para deportar a los que sean criminales".
Respaldo
Muy cerca de la movilización contra los migrantes en Tijuana, una decena de personas con pancartas blancas se manifestaban en defensa de los centroamericanos.
"El muro más grande es el rechazo", "Violencia crea más violencia", "No discrimines", son algunas de las leyendas rodeadas de corazones que mostraba el contingente, más reducido en tamaño que sus antagonistas.
El conservador alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, ha pedido que los centroamericanos sean expulsados alegando que "llegan en un plan agresivo, grosero" y propuso una consulta ciudadana sobre l tema.
"No todos los tijuanenses tenemos el mismo punto de vista. Todos somos hermanos", dijo Karen Domínguez, una estudiante de 26 años, quien dice vivir cerca de un albergue para migrantes.
México / AP / Redacción Web