Familiares solicitaron este viernes el cadáver del obrero de la construcción Arturo Guillén Carpavire, de 25 años de edad, en el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), en Barcelona.
El hombre expiró el pasado 30 de octubre, en una presunta refriega con uniformados de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), ocurrida en el sector Las Aves del barrio 29 de Marzo de la capital del estado.
Al ser abordada por los periodistas, el ama de casa Alexandra Guillén relató que dormían cuando agentes del organismo de seguridad rompieron la reja de protección de la entrada de su residencia. Dijo que todos se despertaron con sobresalto.
Ajusticiado
La mujer manifestó que su padre, el operador de máquinas retirado Alexis Guillén, quien vive cerca, se acercó para preguntar qué pasaba, y los policías le respondieron con tiros al aire.
“Los oficiales golpearon a mi hermano Arturo, y lo metieron en un tambor de agua. Él imploró que no lo mataran, pero le dispararon, dentro de la casa”.
Alexandra agregó que los uniformados la llevaron a ella, a sus tres niños y dos sobrinitos, así como a su mamá Emilia Carpavire, al comando de las FAES que queda en predios del Polideportivo Simón Bolívar.
Afirmó que los tuvieron retenidos y sin comer, entre las 6:00 y 11:00 de la mañana. Los niños tenían hambre.
Alexandra Guillén expresó que Arturo estuvo preso por robo, durante 24 meses, en la cárcel del barrio Puente Ayala, de donde salió libre hace un par de años. Aseguró que su hermano no volvió a meterse en problemas.
Barcelona / Yraida Núñez