Por 23 días, Yadier García alteró su reloj biológico. Entre el 20 de mayo y el 11 de junio madrugó para ver los duelos de la Copa del Mundo de Fútbol Sub 20 Corea del Sur 2017.
No quiso perderse un juego de Venezuela que, contra todo pronóstico, obtuvo un inédito subcampeonato.
“Me siento orgulloso de ese equipo. Nunca antes habíamos jugado semifinales y esos chamos llegaron a la final. Es algo que me motiva a jugar más para ser parte de la Vinotinto”, dice García, de 14 años y defensor guanteño del club Pío XII.
Se halla en plena cancha central de la institución salesiana de Puerto La Cruz y uno de sus compañeros irrumpe para intervenir en la conversación.
“Mis ídolos son Wuilker Faríñez, Sergio Córdova y Yangel Herrera. Juegan con el corazón y quiero ser cómo ellos”, confiesa Luis Rojas, de 13 años y delantero de Valle Lindo.
La hazaña de los 21 criollos en suelo coreano no pasó desapercibida y es el tema de amenas tertulias.
Y es que la actuación de la escuadra nacional, dirigida por Rafael Dudamel, viene a ser un bálsamo en medio de un clima de tensión política que se encamina a completar el tercer mes, lapso en el que la muerte producto de represiones policiale es noticia habitual en la prensa.
Con gran cohesión, los lanceros se abrieron paso en un torneo en el que rozaron la gloria y en el cual otros 23 cuadros lucharon por el cetro.
Lo hicieron con solvencia defensiva. Encajaron tres goles en siete choques, para compartir con Inglaterra y Uruguay, la zaga menos vulnerada.
No admitieron dianas en primera vuelta, para superar a Alemania (2-0), Vanuatu (7-0) y México (1-0), y encabezar el Grupo B con puntaje ideal (9).
Avanzaron a segunda fase con un plantel conformado por más de 80% de jugadores de equipos nacionales. Ese privilegio no lo tuvo Argentina, máxima ganadora histórica de la competición con seis títulos.
La primera instancia incluyó una gesta de Faríñez, quien anotó un penal contra Vanuatu y se convirtió en el primer arquero en marcar en 21 ediciones de la contienda.
Esperanza
“Ver a esos chicos fue motivador, era como sentir un viento fresco entre tantas desgracias”, reflexiona Jesús Chaguán, entrenador de balompié. “Es una hazaña deportiva que unió a un país dividido”.
Sergio Córdova, delantero del Caracas FC formado en Arroceros de Calabozo, anidó cuatro tantos en primera ronda y se codeó con jugadores como el italiano Ricardo Orsolini (Ascoli de Italia), el surcoreano Lee Seungwoo (Barcelona B de España) y el uruguayo Rodrigo Betancur (Boca Juniors de Argentina), quienes poseían más pergaminos.
¿Cuál fue la clave del éxito?. Sin duda, la planificación. El conjunto tuvo 30 módulos de entrenamiento y disputó 53 topes de fogueo en 21 meses.
La segunda etapa demostró el calibre de los granates. Necesitaron prórrogas para superar a Japón (1-0), en octavos de final, y a Estados Unidos (2-1), en cuartos.
Herrera, volante ficha de Mnachester City que actúa en el New York City de la MLS estadounidense, y Nahuel Ferraresi, zaguero del Deportivo Táchira, lograron tantos de cabeza tras córners ejecutados por Ronaldo Lucena (Zamora FC), para batir a japoneses y estadounidenses, respectivamente.
En semifinales el tiempo suplementario no bastó para triunfar y luego de un empate 1-1, requirieron de penales para vencer 4-3 a Uruguay y pasar por primera vez a una final.
Faríñez atajó dos penaltis, incluido el definitivo a Nicolás de La Cruz.
“Nunca imaginé que esos chamos lograran algo así, tan grande, como llegar a la final del Mundial. Me emocioné porque demostraron que Venezuela está repleta de talento”, señala Jeanpiere Cova, beisbolista de 16 años de la academia Israel Díaz.
Aunque reconoce que el fútbol no le interesa, la selección criolla despertó un sentimiento de patriotismo en el pítcher.
“Fue algo inesperado, los chamos trabajaron fuerte y demostraron que Venezuela tiene potencial en todos los deportes y es algo más que malas noticias, es algo inspirador”.
El desenlace del torneo puso a Inglaterra, la nación inventora del fútbol, como último escollo en la ruta hacia a un gallardete que en el pasado fue levantado por figuras como Diego Maradona y Lionel Messi, entre otros.
Injusticia
Una diana de Dominic Calvert-Lewin, ariete del Everton de la Liga Premier inglesa, a los 35 minutos, decretó la victoria británica en Suwon, pese a que los nativos fueron superiores a lo largo del careo.
Un disparo al poste de Lucena, tras un tiro libre en la primera parte, además de un mano a mano fallado por Córdova y un penalti errado por Adalberto Peñaranda, en la segunda, sentenciaron el destino de Venezuela.
La gallardía patria tuvo un reconocimiento pese a la dolorosa derrota. Los ingleses les armaron un pasillo al momento de recoger una honrosa medalla plateada.
Fue el premio ideal para un conjunto que tuvo el ataque más productivo al convertir 14, que fueron facturados por nueve jugadores distintos y que, además, tuvo en Herrera al ganador del Balón de Bronce.
“La caída me dolió muchísimo, pero después asimilé que el futuro de Venezuela es muy brillante y alentador. Nadie quiere ser segundo en un torneo, pero ser subcampeón mundial es grande, único”, aseguró Chaguán.
La diosa fortuna no permitió que los pupilos de Dudamel alzaran la Copa del Mundo, pero sí que se convirtieran en motivo de admiración para un país de 30 millones de habitantes que, a pesar de los problemas que atraviesa, siempre recordará su gesta.
Joseph Ñambre/ Puerto La Cruz