Para el economista José Guerra, el “inexistente” Banco Central de Venezuela (BCV) pulverizó la moneda nacional al quitarle seis ceros, en lugar de haber evitado la inusual combinación entre inflación desenfrenada y depresión económica. Dice que los nuevos billetes crearán en la gente la sensación de tener menos dinero.
-¿Es más fuerte y soberano el bolívar digital que comenzará a regir este 1 de octubre?
–El bolívar murió; digital o físico, pero murió; lo mató la hiperinflación que creó el Banco Central.
–¿Cuántos ceros menos aguanta la centenaria moneda?
–Ya no aguanta más. Eso de quitarle ceros cada cierto tiempo es para no hacer lo que debe hacerse: un plan para liquidar la hiperinflación.
–Cuando hay nuevos billetes con menos ceros, ¿da la sensación de tener menos dinero?
–Es una sensación que se llama ilusión monetaria.
–Como profesor universitario, ¿daría clases al régimen?
–Yo los enviaría a la escuela primaria y al bachillerato para que luego estudien Economía.
–¿Cómo explica a sus alumnos la caída económica de los últimos años?
–Muy fácil: el socialismo es una tesis tan cautivante como destructiva. Como el Estado es el propietario de los medios de producción, nadie tiene incentivos para trabajar.
–¿Qué no termina de aprender la oposición?
–Que hay que tener un programa mínimo y dejar los egos personales.
–Dicen que un sector opositor termina haciendo lo que el régimen quiere que haga…
–No es cierto. La oposición tiene sus activos y sus pasivos también. Es fácil criticar desde las tribunas.
–¿Qué queda de la clase media?
–Muy poco. Se ha reducido hasta el extremo.
–¿Son los bodegones un espejismo o señales de desarrollo?
–Un espejismo y una burbuja para 20% de la población. Ninguna economía crece con bodegones.
–¿Rige en el país una economía militar?
–No, porque hubiese orden y no lo hay. Hubiese dirección y no la hay. Lo que hay es militares en el poder, que es otra cosa.
–¿Pagará algún día Cuba a Venezuela la deuda petrolera de 50 millardos de dólares?
–No. Cuba siempre ha vivido de la caridad. Primero de Moscú y luego de Caracas. Chávez le dio millones de dólares en ayuda.
–¿Lo más insólito de la economía venezolana?
–La combinación de hiperinflación y depresión económica. Pocas veces se ha visto ese fenómeno.
–¿Otro país petrolero sin gasolina?
–Es como Chile sin vino. Inexplicable.
–¿Otro que raciona el agua y la electricidad a la población, mientras un río como el Caroní se desborda?
–El socialismo por definición es escasez. Por ello no debemos extrañarnos.
–¿También usted llama “Fedecamaradas” a Fedecámaras?
–Ni tanto (risas).
–En adelante, ¿será más oficial la empresa privada?
–No. La empresa privada siempre tendrá sus intereses privados.
–¿La relación precio/valor de las negociaciones entre el régimen y la oposición?
–Alto. Es mayor el valor que el costo. Sin dudas.
–¿La plusvalía de la oposición cuando se sienta a negociar con el Gobierno?
–Arrancarle elecciones libres y justas.
Dólar salarial
–¿Dolarizaría los salarios?
–Sí, sin ninguna duda. Hay que hacerlo para aumentar el poder de compra del trabajador.
–¿Un salario mínimo justo?
–400 dólares promedio al mes, pero no se puede pagar. Primero hay que estabilizar la economía y comenzar a crecer.
–¿Un precio justo para la gasolina?
–El precio internacional y subsidiar a los pobres.
–¿Para qué quedó el BCV?
–EL BCV no existe. Quedan solo los 24 pisos de su edificio.
–¿Y la Superintendencia de Bancos?
–Muy debilitada. Casi inexistente.
–¿Y los bancos?
–Los que sobreviven van a hacer un buen negocio cuando salgamos del socialismo.
–Maduro no cita tanto la guerra económica, ¿hubo una tregua?
–Ya eso está desgastado. Nadie cree en eso.
–¿Qué pasaría si levantan las sanciones?
–Habrá un respiro. Sin ninguna duda. Pero las sanciones no son la causa del problema.
–Y usted, ¿le sigue dando guerra al Gobierno?
–¡No chico! (risas). Escribo y eso les duele.
–Riocaribero y buen jugador de truco, ¿uno de ellos para arreglar la economía?
–Parar la hiperinflación y un plan para atraer inversiones privadas.
–¿La última carta de la oposición?
–Nunca hay una última carta. Siempre hay opciones.
–Dicen que en vez de sumar, resta…
–El que resta es Maduro.
–¿Los economistas van a volver locos a los políticos o viceversa?
–A ambos nos tiene locos el régimen. Los economistas hacemos lo que nos corresponde.
–¿Frenarían la hiperinflación?
–¡Claro! Es lo más fácil de acabar cuando hay un plan y gente capacitada.
–¿Conoce a alguien del oficialismo capaz de enderezar el rumbo económico?
–¡No chico! No tienen ideas.
–¿Hay que subir las tarifas de los servicios públicos?
–Están dolarizadas. Y las empresas están quebradas.
–De vuelta a la democracia y a las grandes inversiones, ¿cuánto tiempo tardaría la reactivación económica?
–Pocos meses con un plan coherente y con financiamiento externo.
–¿Se recuperarían las empresas expropiadas y arruinadas por el Gobierno?
–Muy difícil. Están quebradas.
–¿Se recuperaría Pdvsa?
–Es complicado. Hay que concentrarla en su oficio.
–Y el 21 de noviembre, ¿la historia volverá a repetirse?
–Nadie sabe. Hay que tener paciencia. Esperar.
De perfil
José Guerra nació en Río Caribe, estado Sucre, el 7 de septiembre de 1956. Es economista egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), con especialización en el Economics Institute de la Universidad de Colorado y Maestría en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Fue gerente de Investigaciones Económicas del Banco Central de Venezuela (BCV). Ejerce la docencia en la Escuela de Economía de la máxima casa de estudios. Es coautor de los trabajos que ganaron el Premio Nacional de Economía Ernesto Peltzer, otorgado por el BCV. Ha publicado, entre otros, los siguientes libros: Estudios sobre la inflación en Venezuela (BCV 2000), Temas de política cambiaria en Venezuela (BCV 2004) y La política económica en Venezuela 1999-2003, (UCV 2004). Es columnista en El Universal y del semanario Descifrado. Actualmente se desempeña como diputado a la Asamblea Nacional.
Caracas / Jolguer Rodríguez Costa
