De Miraflores a República Dominicana, Barbados y Oslo, hasta llegar a México, como el escenario más probable de un nuevo intento de negociaciones entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro. El reino de Noruega interviene, una vez más, como facilitador.
Poco se sabe del estado actual del proceso, si ya se inició, si está por hacerlo o si está avanzando. También existe el riesgo de que las conversaciones ni siquiera arranquen.
De lo que sí tienen certeza analistas políticos es que los resultados dependerán de las opciones que se pongan sobre la mesa, los incentivos para hacer concesiones, especialmente el Gobierno, y de que ambas partes abandonen los fines maximalistas. Esto es buscar que Maduro abandone el poder, por un lado, o pretender que la comunidad internacional levante las sanciones unilateralmente, por el otro.
“Tanto el Gobierno como la oposición están extenuados en esta confrontación, el juego está trancado y la única manera de salir es llegar a un acuerdo, a los cuales se llegan con negociaciones. En ellas, cada una de las partes hace concesiones que se convierten en incentivos y de acuerdo al tipo de incentivos, si son verdaderos, dependerá lo que se obtenga allí”, explica el analista político Jesús Seguías.
Otra realidad sobre la que no existen dudas es que principalmente el sector opositor encabezado por el presidente de la AN de 2015, Juan Guaidó, acude a un proceso, muy debilitado desde el punto de vista del apoyo popular, con un único aparentemente as bajo la manga: las sanciones internacionales.
“En este momento, el gobierno de Maduro tiene algunas fortalezas, tiene el control absoluto del país y el apoyo de potencias como Rusia y China, mientras la oposición ya no tiene incidencia importante en el territorio venezolano. El único poder con el que cuenta son las sanciones aplicadas por parte de la comunidad internacional, especialmente de EEUU. Dependiendo de cómo se pongan a funcionar esos poderes, van a lograr concesiones”, dice Seguías.
Este 26 de junio, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Canadá ofrecieron a la administración madurista levantar sanciones a través de un comunicado conjunto, pero si accede a negociar elecciones libres.
“Aplaudimos los recientes avances sustanciales y creíbles para reparar los procesos democráticos e instituciones centrales de Venezuela y estamos dispuestos a revisar el régimen de sanciones sobre la base de un progreso significativo en una negociación global”, dice el comunicado.
A “negociación global”, los países se refieren además a la liberación de los presos políticos, respeto a las organizaciones políticas independientes y a la libertad de expresión, incluida la de los periodistas venezolanos.
“El juego está trancado, hay que liberarlo, tanto el Gobierno como la oposición no pueden seguir avanzando y para ello solo es posible unas negociaciones ganar – ganar”, advierte Seguías.
Guaidó y Maduro no negocian solos
Antes, el 21 de junio, una delegación internacional, encabezada por el exdiputado nacional y exalcalde del municipio Baruta (este de Caracas), Gerardo Blyde, anunció una gira por EEUU y otros países para promover el “Acuerdo de Salvación Nacional”, propuesto por Guaidó el 11 de mayo.
No se precisó si será el mismo grupo que se sentará en la mesa de negociaciones. Guaidó ha dicho que manejarán el proceso con máxima discreción, en busca de que esta vez sí haya resultados. Blyde también resaltó que tan importante para que se logren los acuerdos es el apoyo nacional como el internacional.
El mencionado “Acuerdo de Salvación Nacional” plantea elecciones generales libres (presidenciales, parlamentarias y regionales), entrada de ayuda humanitaria, vacunas contra el Covid-19, liberación de presos políticos, regreso de exiliados y justicia transicional. Esto, a cambio del levantamiento progresivo de sanciones internacionales impuestas por países como EEUU, Canadá y miembros de la UE, entre otros.
“Esto no parece un proceso exclusivo entre el Gobierno y la oposición que representa Guaidó. Del lado del chavismo están quienes ejercen el poder fáctico, pero también están los que son sus aliados pero apoyan unas negociaciones como salida a la crisis. Del otro lado no solo está Guaidó sino otras figuras como Henrique Capriles”, apunta el doctor en Ciencia Política, Daniel Varnagy.
La participación de varios factores es lo que explica que el Gobierno esté dispuesto a sentarse en la mesa, tal como lo admitió el mismo Maduro, aunque no sienta que tenga nada que perder.
La medida de arresto domiciliario para seis directivos de Citgo y la entrada del Programa Mundial de Alimentos entre abril y mayo, formaron parte de las concesiones otorgadas por el gobierno de Maduro, junto a la composición del nuevo CNE antes de la propuesta de Guaidó y la plataforma unitaria de más de 40 partidos. Esto, producto de conversaciones y acuerdos entre Miraflores, oposición sin Guaidó y sectores de la sociedad civil.
Algunos analistas políticos creen que la posterior presentación del “Acuerdo de Salvación Nacional” fue una maniobra del líder opositor para no quedarse por fuera de las negociaciones en curso.
La designación de un Consejo Nacional Electoral (CNE) con dos rectores de oposición, también es muestra importante de que hay conversaciones con esos otros factores de oposición además de Guaidó y con sectores de la sociedad que ven en la ruta electoral (cualquier tipo de elección que se plantee) previa conquista de garantías, como un camino progresivo, pero seguro y más realista, para lograr un cambio en el país.
Desconfianza
La firma Datincorp ubica en 88% el porcentaje de desconfianza de la población venezolana hacia los políticos en general (de Gobierno y oposición), producto de la falta de soluciones a la crisis. “Los venezolanos están muy insatisfechos con los políticos porque esa crisis económica no se resuelve, sienten que le han dado la espalda al país en el peor momento, ensimismados en los asuntos propios del poder”, cuestiona Jesús Seguías.
Rescate de la ruta electoral
Como parte de las garantías que se van logrando, la sociedad civil incluye la extensión del lapso para el Registro Electoral (RE), de solo 14 días más dos prórrogas cortas para las parlamentarias 2020, a 45 días para las megalecciones regionales del 21 de noviembre. Asimismo, los puntos para el RE fueron aumentados de 551 a 783 con 1 mil máquinas y una mejor distribución hacia las parroquias más pobladas del país.
Otro punto de honor para la oposición proelecciones es la observación internacional con todo lo que implica, en lugar de limitarla a una veeduría (no vinculante) como está prevista en la normativa electoral. Las conversaciones están dirigidas a garantizarla. Muestra de ello es que el 21 de junio se informó que la Unión Europea (UE) enviará una misión técnica a Venezuela para evaluar la posibilidad de dar luz verde a una misión de observación para los comicios.
“En Venezuela hay una posible apertura política. La única vía para avanzar en el proceso democrático es el diálogo político”, expresó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Seguías, quien es director de la encuestadora Datincorp, descarta en el panorama próximo la celebración de elecciones presidenciales adelantadas al igual que otras parlamentarias, después de que el chavismo tomara el control de la AN. Considera que el gobierno de Maduro no cederá en ello y que la oposición cometería un error si se enfrasca en el punto en lugar de lograr otras cosas.
“Lo que sí puede ser viable es que se mejoren las condiciones de participación de los partidos políticos, que se legalicen los que fueron invalidados, habilitación de dirigentes políticos, liberación de presos políticos, si todo eso forma parte de la mesa de negociaciones creo que se va por buen camino, esto llevará su tiempo pero no queda otro camino, es la única solución que le queda a los venezolanos”, advierte.
Para Varnagy aún falta mucho camino por recorrer, pues a su juicio, el nuevo CNE ha dado muy pocas señales de mejorar las condiciones de cara a las regionales.
“Realmente no veo cambios demasiado importantes. Este año veremos solo elecciones regionales y la oposición que participe será producto de las alianzas con el gobierno tal como lo vimos en las parlamentarias”, dice.
Seguías añade que debe tenerse en cuenta que una negociación también implica no obtener todo lo que se plantea en la mesa, porque si no se trataría de la claudicación de uno de los factores, en este caso el Gobierno, cosa que no ocurrirá.
“En un proceso de negociación nunca se dan todas las exigencias de cada quien. Todo depende de los incentivos o el poder de coacción o de convicción que se tengan para llegar a acuerdos”, sostiene.
Ambos analistas coinciden en la mesa de negociaciones no puede faltar el plantear alternativas para resolver la crisis económica y humanitaria del país, lo cual, alertan, es urgente y buscar puntos en común. La población sufre, advierten, mientras los políticos tratan de entenderse.
México es perfilado como nueva sede para otro intento de conversaciones entre el chavismo y sus adversarios. Estos últimos acuden con la única carta que les queda, las sanciones internacionales en medio de la desmovilización ciudadana y la pérdida de confianza por la falta de resultados
Entre las recomendaciones de expertos para que un proceso de negociación tenga éxito está la discreción, puesto que las declaraciones públicas tienden a entorpecer los acuerdos. El presidente de la Comisión Delegada Legislativa, Juan Guaidó, ha dicho que así lo entiende y por eso es parco en sus comentarios cada vez que se le pregunta sobre el proceso.
Esto es lo que se maneja sobre las eventuales negociaciones hasta ahora:
11 de mayo. Guaidó propone un “Acuerdo de Salvación Nacional” con el que invita a Nicolás Maduro a negociar puntos como elecciones generales libres, entrada de ayuda humanitaria, de vacunas contra el Covid-19, liberación de presos políticos, regreso de exiliados, entre otros.
Mediados de mayo. Maduro responde que está dispuesto a negociar pero antes pide levantar sanciones. Otros voceros del chavismo como Diosdado Cabello advierten que no negociarán el socialismo, mientras que Jorge Rodríguez condiciona el proceso a la devolución de los activos de la República, congelados en el exterior.
3 de junio. Guaidó dijo que las negociaciones con representantes de Miraflores podrían darse en México o Noruega, inclinándose más por el primer país por ser de ubicación geográfica más cercana y considerando un escenario independiente, imparcial y respetuoso del proceso.
21 de junio. Una delegación internacional, encabezada por el exdiputado nacional y exalcalde del municipio Baruta (este de Caracas), Gerardo Blyde, anuncia una gira por EEUU y otros países para las negociaciones.
Caracas / Deisy Martínez