Un monumento a “La Cumparsita”, considerado por muchos como el tango más famoso del mundo, fue inaugurado en el centro de Montevideo, a pocos metros de la sede presidencial de Uruguay.
Se trata de una escultura de hierro, mármol y vidrio de un bandoneón, el instrumento musical más representativo del tango, que mide cuatro metros de largo por 1,20 de alto, obra del escultor uruguayo Giorgio Carlevaro.
“La Cumparsita significa mucho para el tango y para Uruguay”, dijo a The Associated Press el intendente (alcalde) de Montevideo, Daniel Martínez. “Se ha convertido en el verdadero himno del tango y fue compuesta por un uruguayo. Hoy la estamos tratando de utilizar como mascarón de proa de un proceso que nos permita construir una cadena de valor en torno al tango”.
El alcalde dijo que Montevideo no puede aspirar a tener la misma cantidad de turistas que Buenos Aires, pero de la mano del tango puede crecer en ese sentido.
Ambas capitales del Plata comparten y disputan el legado de esa música que nació en sus arrabales.
“Tenemos que desarrollar la actividad cultural y artística en torno al tango, una música muy arraigada en nuestra sociedad”, agregó Martínez. “No podemos aspirar a ser como Buenos Aires porque no nos podemos comparar con una megaciudad. No pretendemos generar 200 millones de dólares al año, pero sí 20 de acá a diez años. Por eso es tan especial este monumento”.
Al inaugurar el monumento, Martínez agregó que “la idea no es competir con Buenos Aires” y ambas ciudades pretenden trabajar juntas para incrementar el interés en el tango, pero resaltó que al inaugurar el monumento Uruguay se apropia “de su cuota parte de propiedad del tango”.
Más desafiante, la ministra de Educación y Cultura, Maria Julia Muñoz, dijo entre risas: “La Cumparsita es uruguaya y (Carlos) Gardel es uruguayo”. Ambos países polemizan también respecto al lugar de nacimiento del mayor cantante de tangos de la historia.
Autoría
La música de “La Cumparsita” fue compuesta por el uruguayo Gerardo Matos Rodríguez como una marcha para un desfile de carnaval de la federación de estudiantes de medicina. Fue estrenada en 1917 en un café hoy inexistente, cerca de donde se emplaza el nuevo monumento, y de inmediato se hizo popular en la ciudad.
En 1924, los autores argentinos Enrique Maroni y Pascual Contursi escribieron una letra para la composición, que comienza con los versos: “Si supieras, que aún dentro de mi alma, conservo aquel cariño que tuve para ti”. Esa versión fue popularizada por Gardel y otros cantantes y orquestas.
Matos Rodríguez nunca aprobó esa letra, la más conocida de varias otras que se escribieron para el tango que poco a poco fue adquiriendo fama mundial.
Uruguay y Argentina han rivalizado por el poder simbólico de “La Cumparsita”.
En la Exposición Universal de Sevilla en 1992, Uruguay eligió a este “himno de los tangos” como su música oficial. Argentina protestó y los jefes de los pabellones se enfrentaron en un debate radial sobre el tema. El argentino adujo que el tango era argentino ya que su letra lo era. El uruguayo respondió: “Entonces toquen la letra”.
En los Juegos Olímpicos de Sydney, en 2000, Argentina desfiló en la inauguración bajo los acordes de “La Cumparsita”, lo que provocó indignación en Uruguay.
“Quizás en aquellos años nos habíamos olvidado de reivindicarla. No tenemos que caer nunca más en el error de dar por hecho que es nuestra”, dijo Carlos Varela, responsable del municipio B de la ciudad, donde está emplazada la escultura.
La plazoleta donde se ubica la escultura lleva el nombre de Matos Rodríguez.
Montevideo / AP