El gobierno brasileño puso en marcha la intervención federal de un estado del norte del país del país acosado por una crisis en la seguridad y en sus cuentas públicas, acentuada por la llegada masiva de inmigrantes venezolanos.
El presidente Michel Temer sostendrá reuniones para analizar la intervención en el estado Roraima. Según fuentes oficiales se reunirá en la residencia presidencial en Brasilia con las máximas autoridades del Ejército, la Marina y la Aviación, el ministro de Justicia y los presidentes de la Cámara y el Senado para proseguir con los pasos legales de la intervención hasta el 31 de diciembre.
La medida fue anunciada oficialmente el viernes por la noche por Temer, quien señaló que se trata de una intervención “negociada”.
Tensión
Roraima atraviesa una crisis en seguridad, con protestas de sus agentes penitenciarios y de la Policía Militar por atrasos en el pago de salarios. Esta semana, mujeres policías bloquearon los accesos a cuarteles como forma de protesta.
“Los últimos dos días ha estado agravándose la situación. Hablé con la gobernadora y la única hipótesis para solucionar el problema salarial sería decretar la intervención hasta la asunción del nuevo gobernador”, dijo Temer en un mensaje oficial.
En rigor, la medida significa una transición anticipada en la gobernación del estado, pautada para el 1 de enero. La gobernadora Suely Campos será apartada del cargo y asumirá Antonio Denarium como interventor designado, quien fue electo gobernador en octubre por el Partido Social Liberal, el mismo del presidente electo Jair Bolsonaro.
“Queremos pacificar Roraima”, agregó Temer.
A diferencia de la intervención en Río de Janeiro, donde en febrero pasado se delegó a las fuerzas armadas el manejo de la seguridad pero el gobernador continuó en funciones, la intervención en el estado de Roraima será total.
Roraima ha sido este año escenario de ataques xenófobos a ciudadanos venezolanos, que comenzaron a llegar en masa huyendo de la crisis humanitaria y social en su país. Muchos pasan sus días y duermen en abrigos.
De acuerdo con la alcaldía de Boa Vista, capital del estado, viven allí más de 40.000 venezolanos. Y de acuerdo a datos de la Organización Naciones Unidas, en los últimos meses han cruzado la frontera 800 venezolanos por día.
En abril, el gobierno de Campos había pedido a la Justicia que cerrase la frontera con Venezuela debido a que el sistema de salud había colapsado y habían incrementado sensiblemente los delitos, pero el Supremo Tribunal rechazó la decisión.
Brasil / AP