Para la investigadora Gioconda Cunto de San Blas, todavía se paga la acción de aquellos notables que, en la década de los 90, se erigieron como lumbreras del futuro nacional. Dice que el país es hoy similar a un laboratorio donde se comprueba lo nefasto que puede ser un gobierno “revolucionario” anacrónico.
–¿La ciencia del Gobierno para sobrevivir?
–Prometer sin cumplir.
–¿Y de la oposición para ser oposición?
–La oposición, lamentablemente, no aplica ciencia para analizar los datos que están ante sus ojos.
–¿Cómo recuerda el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic)?
–No lo recuerdo. Lo vivo. Desde hace algunos meses, las nuevas autoridades están esforzándose por levantarlo del bochorno de dos décadas de decadencia, la última de las cuales sumó además desidia y abandono. Ojalá lo logren, con el concurso animoso de la comunidad ivicense.
–¿Y el Conicit?
–No existe, es pasado. Ahora tenemos el Fonacyt.
–Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) ¿qué papel juega hoy la institución?
–El de siempre: guía y asesor para el Estado venezolano y sus habitantes en las materias de su competencia.
–¿La necedad más emblemática cometida por “sabios” en Venezuela?
–El vocablo “sabios” nos queda grande a todos. Es, además, peligroso. Todavía sufrimos las consecuencias de aquel grupo de “notables” que se erigieron como “sabios” en el devenir de la nación.
–¿Se perdió la química con la revolución?
–En los últimos tiempos, algunos personeros creen haber descubierto magia en las palabras “ciencia” y “tecnología” y se lanzan a prometer proyectos poco sensatos.
–¿Qué tipo de ciencia querrá el Gobierno?
–La ciencia de la desinstitucionalización.
–¿Por qué se valora más afuera al científico de aquí?
–Nadie es profeta en su tierra, viejas palabras bíblicas (San Juan, 4:44).
–¿Volverán los científicos venezolanos idos?
–Algunos sí, la mayoría habrá echado raíces en sus actuales destinos. Lo importante es que aunque no regresen de forma permanente, se sientan motivados a compartir desde afuera, a través de programas de intercambio, los conocimientos adquiridos allende las fronteras patrias.
–¿La “ciencia” de convertir la mayor riqueza en miseria?
–Eso no es ciencia, es ignorancia, es perversión.
–¿El cuadro micológico de Venezuela?
–Desde hace varios años no hay registros oficiales de la salud en Venezuela. Eso incluye las enfermedades fúngicas.
–¿Cómo están las células de la revolución?
–Maltrechas, como siempre.
–¿De la oposición?
–Maltrechas también, aunque espero que en vías de recuperación.
–Con las redes sociales, ¿le queda algo de ciencia al periodismo?
–Eso lo puede responder usted mejor que yo.
–¿El socio científico y tecnológico más conveniente para Venezuela?
–Los países más avanzados en la materia.
–¿Una revolución científica?
–La que están viviendo los países desarrollados. Ellos están en el siglo del conocimiento, como se ha dado en llamar al siglo XXI.
–¿La época de oro de la ciencia en Venezuela?
–Hasta ahora, la ciencia que se desarrolló en el país en la segunda mitad del siglo XX, una vez defenestrado el dictador de turno en 1958.
–¿Qué aporta la ciencia en la política?
–Hoy en día, la ciencia está íntimamente ligada al desarrollo de los pueblos. Y eso es precisamente hacer política. Político que no esté al tanto, aunque sea medianamente, de la evolución de la ciencia y la tecnología en esta época, no está capacitado para gobernar ningún país con las armas del progreso.
–¿Le gustaría que la llamasen “individua de número”?
–Según el diccionario de la Real Academia, el vocablo “individuo” se refiere a masculino y femenino, como muchos otros vocablos en español que tienen un solo género gramatical. Por lo tanto, no tengo problema con ser “Individuo de Número” de la Acfiman. En cambio, “presidenta” sí existe como vocablo diferenciado en esa fuente y su uso es recomendado por la Real Academia (@RAEinforma). De hecho, lo usé cuando ocupé dicho cargo en la Academia. Los géneros gramaticales no tienen nada que ver con el sexo biológico, a mi parecer.
–¿El presidente más amigo de la ciencia?
–Yo diría que ha sido una mujer: Ángela Merkel, Canciller de Alemania por 16 años. La ciencia alemana floreció bajo su conducción. La ayudó el hecho de ser Doctora en Química Cuántica, graduada con calificación de “Sobresaliente”. En su discurso de despedida del cargo (02/12/2021) reiteró su apego a la ciencia y su relevancia en la política: "Allí donde se niega el conocimiento científico, se difunden las teorías de la conspiración y la agitación".
–¿Es Venezuela una especie de laboratorio mundial?
–Sí, referencia de lo malo que puede ser un Gobierno “revolucionario” anacrónico.
–¿La fórmula contra la crisis?
–Buen gobierno, honestidad, capacidad de trabajo.
–¿Para recuperar a la UCV?
–No solo la UCV, todas las universidades públicas están deterioradas al máximo, a través de una política de “destrucción por diseño”, como lo repite sin cesar mi amigo y colega Vladimiro Mujica (@MujicaVladimiro). Recuperarla y ponerla a tono con el siglo XXI requerirá de mucho esfuerzo con un gobierno distinto al actual.
–¿Imagina a un científico en Miraflores?
–¿Por qué no?
De perfil
Gioconda Cunto de San Blas nació en Caracas el 14 de diciembre de 1943. Es licenciada en Química, egresada de la UCV, en 1967; Ph.D. en Bioquímica, Heriot Watt University, Edinburgo, Escocia, Reino Unido; Investigadora Emérita del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic). Fue presidenta de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Ha dedicado gran parte de su investigación a la búsqueda de nuevos antibióticos antifúngicos y nuevas sondas moleculares de diagnóstico. Ha publicado más de 140 trabajos en revistas especializadas internacionales, entre los que destacan tres libros sobre diversos aspectos de biología molecular de hongos patógenos, publicados por Caister Academic Press, Wymondham, Norfolk, UK. Ha sido docente en los cursos de postgrado del Ivic, UCV, USB y Unefm. Entre enero de 2011 y octubre de 2017 fue Directora de Ciencia y Tecnología del Gobierno del Estado Miranda. Publica en Tal Cual Digitaln su columna “Al compás de la ciencia”. Ha escrito dos libros sobre personas con necesidades especiales.
Caracas / Jolguer Rodríguez Costa