Cuando se trata de tradiciones navideñas, la llegada del Espíritu de la Navidad encabeza la lista en algunos hogares venezolanos, pues se realiza el 21 de diciembre, cuando se dice que entre las 10:00 pm y 12:00 am desciende un ser de luz que llega para abastecer a las familias de bendiciones y abundancia.
Para los creyentes existen diferentes maneras de celebrar la fecha, pero la mayoría coincide en que todo se centra en tres opciones: limpieza previa de la casa, compartir una cena y realizar algunos rituales en horas de la noche para el recibimiento.
Sin embargo, la crisis económica que se ha acentuado en los últimos años también ha redefinido enormemente la manera en cómo se festeja esta tradición en la zona metropolitana de Anzoátegui, por lo que quienes la practican han tenido que adaptarse a las limitaciones.
Un ejemplo de ello lo ha dado el barcelonés David Chaurán, quien tiene más de 30 años llevando la costumbre en su hogar, tras la inclusión que realizó su hija mayor. Aunque su religión se encuentra ahora más inclinada al cristianismo, aseguró que conmemoran el día, más que todo, como agradecimiento.
“Antes invitábamos a toda la familia y eso parecía más bien una fiesta. A medida que la crisis nos fue arropando fuimos descartando invitados y al final lo hacemos con el grupo de la familia, los que vivimos en la casa”, expresó.
La ostentosidad con que servían la mesa fue el siguiente aspecto en el que hallaron limitación. Señaló que solían colocar diferentes contornos para acompañar el plato, que tiene como principal alimento los granos, puesto que —se dice— atraen la abundancia, y ahora no existe mucha variedad.
“Anteriormente, aparte de los granos colocábamos pollo, ensalada, pan, jugo, frutas y postres. Empezamos quitando los postres, la ensalada, las tajadas y así. Hace tres años o cuatro años, cuando estuvo la crisis tan fuerte que no se conseguían alimentos, lo único que poníamos era los granos, el arrocito y el pollo. Ya no era el banquete y menos self-service —todo el mundo se servía a su antojo—, sino un plato con la ración de cada uno. Para este año, no creo que sea muy diferente”, mencionó.
Nada más los granos (caraotas negras, arvejas y frijoles) —el contorno principal— pueden superar los $2 el kilo en los comercios que se encuentran ubicados alrededor del Mercado Municipal de Puerto La Cruz. Al llevar ese costo a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV) del viernes 17 de diciembre ($4,61 por dólar), el precio alcanzaba el salario mínimo integral que devenga un venezolano.
Compras anticipadas
Desde el 10 de diciembre, la vendedora de la Perfumería Santa Clara de Oriente —ubicada en Puerto La Cruz—, Wendy Rondón, señaló que los clientes empezaron a adquirir más productos para celebrar la llegada del Espíritu de la Navidad.
Por otro lado, Chaurán señaló que en su familia tratan de pasar el día en paz y sin discusiones; además de preparar los alimentos, limpian el hogar de una manera diferente: también aromatizan todos los espacios con varillas de incienso de mandarina y mirra encendidas.
“Cuando hacíamos formalmente el ritual aprendí que cuando uno quema esencias, les da la bienvenida a los espíritus de luz. Eso hace que los espíritus de luz —el Espíritu Santo o los ángeles— se acerquen a los lugares donde hay limpieza, donde hay buena música y donde hay buenos olores. La mandarina es símbolo de la Navidad y el Espíritu Santo”, acotó.
En la mayoría de las perfumerías de Puerto La Cruz exhiben combos que son llamados “Espíritu de la Navidad”, cuyo precio se ubica a partir de $1, o su equivalente en bolívares.
Por lo menos en el local Santa Clara de Oriente, la vendedora Wendy Rondón contó que ofrecen el litro de esencia de Espíritu de la Navidad, una caja de incienso y una porción de extracto (líquido aromático) de mandarina. Aparte, preparan la esencia natural de este aroma, para vender a partir de Bs 2 la cantidad mínima.
En la Perfumería Eleggua Bara el combo, en vez de varillas de incienso, contiene sal aromática y su valor se encuentra en Bs 7,50.
Vanesa Santos, una de las encargadas, señaló que las personas además buscan el paquete de incienso de 20 varillas, el cual cuesta Bs 6; así como el litro de la esencia combinada para limpiar el hogar que contiene mandarina —se asocia con evolución, abundancia, oro y plata—, que se ubica en Bs 3.
Igualmente son muy demandadas las velas amarillas que representan el dinero y la abundancia; el rojo del amor y el azul de la salud, para encender durante la velada.
Otro de los rituales que acostumbran hacer David Chaurán y su familia es el de colocar, en una hoja en blanco, una lista de peticiones de metas que tendrán para el próximo año y luego leerla entre los integrantes.
“Antes de cenar, la cabeza de familia o cualquiera que lo desee puede hacer una oración de agradecimiento por la comida, la unión familiar y la salud de todos los presentes o puede pronunciar unas palabras. Al final, las peticiones del año pasado que teníamos, las sacamos del bowl y las quemamos. Luego metemos las nuevas, (las) de este año”, señaló.
En varios portales web señalan que la lista, de igual manera, se suele hacer escribiendo lo negativo que quieren sacar de su vida y lo que haya sucedido en el año. Durante la celebración, el papel debe ser quemado como símbolo de que no lo quieren más en su vida.
Algunas personas también colocan velas alrededor de una corona y las encienden recitando algunas palabras para recibir al ser de luz con las puertas y ventanas abiertas.
De igual forma, explican que se puede hacer una lista de peticiones (21 o menos), siempre y cuando la cantidad de estas sea en número impar. Se debe pedir primero por los demás y luego de manera particular.
Puerto La Cruz / Elisa Gómez
