El impacto de la devaluación de más 36% que experimentó el tipo de cambio durante agosto, continuó su onda expansiva sobre el costo de bienes y servicios en el país a lo largo de las últimas semanas, poniendo en alerta a consumidores y autoridades económicas sobre el alcance de la inflación para fin de año.
Por lo pronto, el Gobierno ha comenzado a tomar previsiones para evitar que el tradicional pago de bonificaciones y aguinaldos decembrinos, termine por convertirse en un nuevo elemento de perturbación presionando más al alza la cotización de dólar y provocando un nuevo repunte de precios en los comercios. Un repunte que podría acercarse a cifras que ya parecían superadas luego de que se declarara el final de la hiperinflación a comienzos de año.
El pago del bono vacacional a los docentes y otros trabajadores del Estado en agosto -luego de una intensa lucha magisterial-, fue una de las causas del aumento del tipo de cambio, según han señalado diversos analistas -el incremento de bolívares circulantes elevó la demanda de dólares, y terminó por disparar el precio. Según la consultora Aristimuño, Herrera & Asociados, la liquidez monetaria en esa fecha subió 22,52% -la firma consideró que la cancelación de beneficios a maestros y profesores significó el desembolso de alrededor de Bs 1 mil 500 millones.
En el sector gubernamental parecen no estar dispuestos a cometer el mismo “error”, o al menos no dejar que el impacto para el último trimestre del año sea similar o mayor al de hace dos meses.
El Ejecutivo ha señalado que pagará en cuatro partes los aguinaldos de los trabajadores del sector público.
La semana pasada, el coordinador general de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (Cbst), Carlos López, advirtió en entrevista al canal del Estado que no hay otra salida en este momento que la cancelación fraccionada de la bonificación. “Es preferible eso. La idea es pagar el aguinaldo por partes para no dar un solo golpe que genere aumento inflacionario. Los trabajadores tienen que saber dosificar”, indicó.
Los cuatro tramos del pago fueron fijados para los siguientes días: 5 de octubre, 2 de noviembre, 30 noviembre y 15 diciembre. “El plan es que nuestro salario se vaya poco a poco fortaleciendo sin perder la recuperación económica y con control inflacionario”, agregó.
Para el economista Aarón Olmos, CEO de Olmos Group Venezuela y profesor del Iesa, los factores que inciden en la dinámica inflacionaria permanecen activos, a pesar de las precauciones tomadas por el Gobierno en cuanto a los pagos fraccionados.
“Efectivamente, de aquí al final del año la tendencia pareciera ser al alza. No estamos viendo que se están instrumentando políticas que contengan efectivamente ese comportamiento. Estamos en un tiempo de mayor liquidez en este último trimestre, por el pago de aguinaldos y bonificaciones. Y vemos que tampoco se ha mantenido un control férreo sobre la situación del tipo de cambio, que va a cierta velocidad. No se contiene, sino que más bien va hacia adelante”.
Olmos subraya que según los cálculos del Banco Central de Venezuela (BCV) y del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) la inflación interanual se encuentra por encima de 100%, mientras, la acumulada varía entre 60 % y 90% dependiendo de la instancia de medición.
De acuerdo con el último reporte del máximo organismo emisor del país, la inflación en agosto se ubicó en 8,2%, mientras que la acumulada a lo largo de ocho meses registra una aceleración de 60,5%. Entretanto, la interanual (agosto de 2021-agosto 2022) alcanza 114,1%.
Por su parte, el OVF puntualizó en su informe, que el alza en bienes y servicios fue de 17,3% durante agosto lo cual “tiene que ver con la expansión de gasto público y el incremento de la liquidez monetaria en más de 15% que llevaron a que el tipo de cambio se devaluara en 36% durante ese mes”.
“Ello sugiere que es posible esperar mayores aumentos de precios para los meses sucesivos en la medida en que se vaya absorbiendo vía precios el efecto completo de la devaluación” agregó el organismo.
El economista José Guerra señaló a El Tiempo que la aceleración de precios interanual se ubicó en 153%, de acuerdo con la OVF.
“Es decir, no estamos en hiperinflación, sino una inflación alta de tres dígitos. De manera tal que no veo que esto pueda bajar sustantivamente en los últimos tres meses del año”, subrayó.
Guerra apunta que esto ocurre en un contexto de inflación mundial muy puntual. “Los países han registrado alzas de la inflación, salvo uno en América latina que es Bolivia, el cual ha logrado mantener tasas muy bajas de 2 % o 3%. Todos los demás tienen tasas de 8 % a 10%, Pero esto es algo puntual debido a la guerra Ucrania, los precios del petróleo y los alimentos. En Venezuela está dependiendo casi todo del tipo de cambio”.
El especialista advierte que, en cualquier caso, no cree que la inflación acumulada en el país vaya a cerrar en menos de 120% para diciembre de 2022.
Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas- FVM), el precio de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) pasó de Bs 2 mil 756 en julio a Bs 3 mil 178 en agosto. Esto significa un alza de 15,3%, la más alta experimentada a lo largo del año con marcada diferencia. Durante 2022 la agrupación de 60 productos -con los nutrientes necesarios para una familia de cinco miembros-, sólo había tenido registros de un solo dígito en promedio, a excepción de los meses de febrero (cuando se dio una baja de -2,5%), y mayo (con un alza de 10,6 %).
Este aumento de 15,3% refleja sólo lo ocurrido la primera semana y media luego de la devaluación, por lo que a los efectos inflacionarios aún les resta un rango de avance y se verán reflejados en las cifras de septiembre, aún sin ser publicadas.
Con relación al costo en dólares, el Cendas indicó que la canasta se ubicó en $ 459, una cifra 2% menor a la registrada en julio cuando se calculó en $470,44. La baja de la canasta en divisa extranjera se explica por la devaluación. De hecho, el precio del grupo de alimentos equivaldría a más de $520 si se usara la cotización del dólar de finales de julio.
El organismo también subrayó que en agosto fueron necesarios aproximadamente 24,44 salarios mínimos mensuales para costear la canasta. La depreciación acelerada del ingreso básico de los trabajadores en las últimas semanas -actualmente equivale a $16 cuando en marzo eran $30- ha llevado a distintos gremios a intensificar los reclamos de aumento salarial.
Al respecto, el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, ha sido tajante al señalar que elevar la remuneración de los empleados con recursos “fabricados” provocaría una mayor inflación en el país. Una de las propuestas reiteradas a lo largo de los meses por parte de algunos gremios y voceros políticos -como el exgobernador Henrique Capriles Radonski-, ha sido la de llevar el salario de los trabajadores a $200.
Sin embargo, esta idea es descartada por los especialistas dado el impacto en los precios que ocasionaría.
“Si le das a la gente un salario de $200, al mes siguiente, no le va alcanzar para nada porque la inflación se va a desbordar”, aseguró el director de Ecoanalítica.
Para Oliveros, el tema de un ajuste que no genere consecuencias inflacionarias, tiene que ver principalmente con la productividad real en la economía. “En la medida que tengas una economía cuya capacidad de producir sea muy limitada, también los salarios van a estar limitados”, agregó en entrevista radial.
Al respecto, Guerra no ve posibilidades en el corto plazo de que ocurra un crecimiento real -que permita elevar salarios sin presionar los precios.
“Aunque se ha visto una reactivación del comercio, esto no es suficiente. Por otro lado, la producción petrolera está estancada en 700 mil barriles diarios, aunque es una mejora si se compara con los 550 mil barriles del año pasado. Ahí está el crecimiento, pero desde este punto en adelante no le veo mucho aliento si no se hacen grandes inversiones para levantar la producción”.
En un contexto de productividad restringida, el Gobierno sigue con la camisa de fuerza que significa limitar el gasto público, para evitar que se repitan picos inflacionarios como los de agosto y septiembre.
Caracas / Rodolfo Baptista
