Cuando ocurrió el terremoto de Cariaco en 1997, muchas instituciones educativas del estado Sucre resultaron con daños graves, al punto que aún hoy día se recuerdan las tragedias del liceo “Raimundo Martínez Centeno” y la escuela básica “Etanislao Rendón”, ambas en el municipio Ribero, cuyas estructuras cedieron con un saldo de fallecidos entre docentes y alumnos.
Otras tantas fueron inhabilitadas para funcionar y tardaron años en ver repuestas las estructuras. Sin embargo, hay un grupo cuyos daños aparecieron con el tiempo y 25 años después del evento sísmico aún esperan por trabajos para rescatar aulas.
Es el caso de la escuela “J.A. Rodríguez Abreu”, de Canchunchú en la parroquia Santa Catalina de Carúpano, que cuenta en la actualidad con un módulo de 12 aulas que no funciona, porque 11 años después del terremoto, fue declarado no apto por los bomberos y otros ente, por problemas estructurales derivados del movimiento telúrico y quedaron en el limbo con una serie de obras que no se concluyeron.
El director encargado de la institución, Alcides Salazar, explicó que durante la gestión de Elías Jaua, como ministro de Educación, se iniciaron unos trabajos de rehabilitación, que lograron avanzar en buena medida, pero que fueron paralizados por la contratista como consecuencia de la reconversión monetaria, al declararse la empresa con insuficiencia presupuestaria.
“Se hicieron algunos trabajos en los módulos de un piso, pero los trabajos en el edificio de dos niveles, que fue el motivo por el cual se trajo la empresa, no se hizo”.
Una nueva empresa asumió los trabajos, dijo, tras un informe de la contratista inicial, construyó unas calicatas, que consisten en trabajos para reforzar los cimientos de la estructura.
Pero ahora, se requiere una nueva evaluación porque es probable que no se requieran trabajos tan especializados y que la intervención de lugar a trabajos mucho más sencillos, de acuerdo a lo que expresó el director de la escuela.
A los problemas de las 12 aulas que no funcionan, se agregan problemas con un nuevo módulo que se construyó para compensar la falta de espacio. Entre los males que padecen hoy día están las filtraciones, aparte de que algunos trabajos no se concluyeron.
La escuela “Rodríguez Abreu” cuenta en el actual año escolar con una matrícula de 1.063 estudiantes de inicial y primaria, procedentes de la zona sur de la jurisdicción. “Es una de las matrículas más numerosas en este nivel en el municipio Bermúdez”.
Sin embargo, con el módulo actualmente inhabilitado, la matrícula era de 1.500 niños, por lo cual se han perdido unos 400 cupos, que se fueron a otras instituciones a cursar sus estudios.
“Mi llamado a las autoridades es para que resuelvan este problema. A lo mejor se van a encontrar con que hay la posibilidad de que la intervención no sea tan profunda y que se pueda hacer, incluso en esta época, a pesar de las restricciones presupuestarias”.
No todo es malo en la escuela “Rodríguez Abreu”, pues la institución resultó favorecida por la Unicef, luego de que solicitaron ayuda para reparar algunas áreas.
Los trabajos se concentraron en la red de agua, con reparaciones al tanque de 60 mil litros, así como las adecuaciones para abastecer a los tanques aéreos, así como remodelaciones en los baños.
Salazar precisó que con el inicio del año escolar volvieron a hacer contacto con la Fundación de Edificaciones Educativas (FEDE), para comenzar a hacer gestiones, y esperan que el jefe de la institución revise la situación.
Bermúdez / Cecilia Lárez
