Esta nueva semana de cuarentena radical arrancó con mayor vigilancia de las medidas de prevención contra el Covid-19 en los puntos de control instalados en Barcelona.
En las alcabalas ubicadas desde la salida de esa ciudad, en la autopista José Antonio Anzoátegui, hasta las inmediaciones del centro, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de la Policía del estado Anzoátegui (Polianzoátegui) se encargaban de detener el tráfico para supervisar que todos cumplieran con el uso obligatorio de mascarillas.
En el transporte público, el chequeo también se volvió más riguroso, y es que los uniformados abordaban los autobuses y constataban si tanto trabajadores del volante como pasajeros llevaban puestos su tapaboca. Aquellos que se cubrían con prendas de ropa o pañuelos eran exhortados a no usarlos como elemento de protección por el riesgo de contraer la infección del SARS-Cov2 o ser agentes transmisores.
En el centro de la ciudad, específicamente en el bulevar 5 de Julio, se retomaron, desde el fin de semana, las rutinas de perifoneo recordando a los visitantes que el mandatario venezolano Nicolás Maduro dio la orden de acatar los protocolos sanitarios y evitar estar en espacios públicos para contribuir a cortar las cadenas de contagio, las cuales podrían incrementarse ante la llegada al país de la cepa brasileña del coronavirus.
En las alcabalas de Puerto La Cruz, la situación fue distinta; no hubo monitoreo en el tránsito ni evaluación de las medidas de bioseguridad entre peatones, conductores o pasajeros.
Barcelona / Milena Pérez