La Copa del Mundo es el título más anhelado por las selecciones nacionales porque les permite “bordar” una estrella en sus franelas que quedará para la posteridad y también transforma a los futbolistas en “atletas inmortales” en sus naciones ya que ganarla es un privilegio que sólo ocho equipos tuvieron en 92 años.
Brasil (5 campeonatos), Alemania (4), Italia (4), Uruguay (2), Argentina (2), Francia (2), Inglaterra (1) y España (1) son los conjuntos que se proclamaron monarcas universales las 21 ediciones de la justa universal que se efectuaron hasta ahora (de 1930 a 2018). En 22 se coronará a un elenco en Catar.
De este grupo sobresalen Uruguay, Italia, Alemania y Brasil que son los únicos que pudieron alzar las dos versiones del título. Originalmente levantaron la Copa Jules Rimet y luego hicieron lo propio con la Copa FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado). El primero quedó en poder de Brasil, mientras que el segundo se rota entre ganadores.
¿Qué particularidades poseen los gallardetes? Al revisar sus características se aprecia que presentan características muy diferentes.
La Copa del Mundo Jules Rimet recibió su nombre en honor al abogado, árbitro y dirigente francés que presidió la FIFA desde 1921 hasta 1954. A este galo se le reconoce como el padre del balompié porque fue el principal impulsor de los Mundiales en una época en la que la disciplina no contaba con un nivel de organización como el de la actualidad.
Rimet presentó este modelo en Uruguay 1930. El trofeo evocaba la imagen de Nike, diosa griega de la victoria, algo que reflejaba perfectamente el espíritu deportivo de la competición en la que las escuadras hacen lo posible para salir airosas. Fue diseñada por el francés Abel Lefleur y tuvo un costo de elaboración de 50 millones de francos franceses.
Esta figura, que simbolizaba a una dama con alas y tenía una altura de 30 centímetros (cm), no llevó la denominación de Jules Rimet hasta 1946 cuando se reconoció la labor del jurista francés en la consolidación del deporte. La estatuilla, con un peso aproximado de 4.5 kilogramos (kg), fue hecha con plata esterlina enchapada en oro.
Rimet les otorgó este galardón a los monarcas desde 1930 y prometió que aquella tropa que pudiera ser campeona en tres ocasiones se adjudicaría, para siempre, el preciado objeto.
Uruguay, vencedor en las ediciones de 1930 y 1950, e Italia, que se impuso en 1934 y 1938, tenían la primera opción de quedarse con la Copa Jules Rimet, pero Brasil no permitió que eso sucediera porque dominó las contiendas realizadas en 1958, 1962 y 1970, para ser el primer tricampeón en los anales de las reuniones orbitales.
La edición 1970, celebrada en México, representó una final soñada para FIFA porque Brasil e Italia eran bicampeones y el vencedor obtendría la Copa Jules Rimet. Una brillante exhibición de La Canariña le permitió batir 4-1 a La Azurra, el 21 de junio en el estadio Azteca de Ciudad de México, y apoderarse de la “pieza de colección”.
Aunque Brasil, liderado por Edson Arantes Do Nascimento - conocido como Rey Pelé- se adueñó de la Copa Jules Rimet, esta última tuvo un destino trágico.
Fue colocada en exhibición permanente en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en 1970 y en 1983, a pesar de la estricta vigilancia en el recinto, varios maleantes robaron el premio.
Ante este crimen, la CBF ordenó una investigación exhaustiva de los cuerpos policiales y a finales del siglo XX se supo que la distinción había sido fundida para crear joyas y venderlas en el mercado negro.
Por este hecho los agentes detuvieron a los brasileños José Luiz Vieira, alias “Bigote”, y Francisco Rocha, apodado “Barba”, quienes confesaron ser los autores materiales del delito. Según TyC Sports, ambos delataron a Juan Hernández, un argentino que ordenó la acción y vendió las piezas elaboradas con los materiales de la Copa Jules Rimet a terceros de manera ilegal.
La CBF les pidió disculpas a los seguidores de Brasil por lo sucedido y la FIFA, como gesto de buena voluntad, le dio una réplica exacta de la obra para que la luzca en las vitrinas de su museo por la eternidad.
La Copa FIFA, que recibirá el seleccionado que se consagre en Catar 2022, se entrega a los reyes desde Alemania 1974. La primera agrupación en alzarla fue Alemania que doblegó 2-1 a Países Bajos (antigua Holanda) en la Gran Final.
A diferencia de la Copa Jules Rimet, esta pequeña estatua no se obsequiará al cuadro que domine tres citas, aunque FIFA les permite a los vencedores cuidarla por cuatro años, es decir, desde que se titulan hasta que se inicia otra reunión planetaria.
Fue creada en 1973 por el italiano Silvio Gazzaniga, quien de acuerdo con el departamento de prensa de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) laboraba para la compañía Bertoni en Milán. Es considerada uno de las piezas más bonitas, porque simboliza a dos personas que sostienen al planeta. Está compuesta por una base de malaquita sobre la que se colocó oro. Pesa 6.175 kilogramos de los cuales 4.927 kg son de metal áureo. Mide 36,8 centímetros.
Hasta 2018, Alemania (Alemania 1974), Argentina (Argentina 1978), Italia (España 1982), Argentina (México 1986), Alemania (Italia 1990), Brasil (Estados Unidos 1994), Francia (Francia 1998), Brasil (Corea-Japón 2002), Italia (Alemania 2006), España (Sudáfrica 2010), Alemania (Brasil 2014) y Francia (Rusia 2018) tuvieron el honor de mostrarlo a sus fans al dar las vueltas olímpicas tras imponerse en sendas finales.
Ahora, en vísperas de una competencia que se desarrollará desde el 20 de noviembre hasta el 18 de diciembre en Catar, 32 seleccionados, repartidos en ocho grupos, se ilusionan con la posibilidad de acreditarse una Copa del Mundo que por su belleza y prestigio es el principal objeto del deseo de los cracks del fútbol.
Valencia / Joseph Ñambre