La crisis económica y la sensible desmejora de las condiciones de vida de los venezolanos, puso a muchas familias del municipio Bermúdez del estado Sucre, en la coyuntura de buscar opciones para complementar el ingreso familiar y contar con fuentes de proteínas a la mano.
La cría de pollos y cochinos está dentro de estas alternativas. Pero esto trae consigo una serie de normas relacionadas con el saneamiento y la disposición de excretas, sobre todo en el caso de los cerdos.
Rodolfo Acosta, coordinador del Ministerio de Ecosocialismo en Bermúdez, explicó que las cochineras comunales, con hasta cinco ejemplares, deben tener suficiente espacios para tener los animales, pozos sépticos para disponer de las heces, contar con agua permanente para lavar a los ejemplares a diario y usar aserrín para la absorción de la orina y otros líquidos, y minimizar los olores. “Efectivamente, se permite, pero muy controlado”.
El funcionario explicó que en Bermúdez hay una proliferación de estos criaderos y han tenido problemas en algunos sectores como El Lirio, precisamente porque los propietarios disponen sus desechos en la red de aguas servidas publica, sin tomar en cuenta que se trata de materia densa que no se disuelve y causa obstrucciones.
Reconoció que las quejas son recogidas por escrito, hacen las inspecciones y en base a la misma, hacen las recomendaciones.
También señaló que la disposición de estos desechos causan colapso en las redes de aguas servidas de varios sectores, por lo que en muchos casos recomiendan la venta de los cochinos, aunque esté permitida la cría, porque no cumplen con las normas.
Wilmer Rodríguez, ingeniero del Ministerio de Ecosocialismo, dijo que el organismo llamado a regular la proliferación de crías y los conflictos que están trayendo es la Sindicatura Municipal. “No se pueden permitir ese tipo de actividades dentro del área urbana”.
Carúpano/ Yumelys Díaz
