Aunque inicialmente se esperaba que la campaña electoral fuera una carrera corta, en la que los competidores tendrían que aprovechar al máximo cada uno de los 22 días programados oficialmente por el Consejo Nacional Electoral (CNE) -desde el 4 al 25 de julio-, lo cierto es que los actos de calle, caminatas y concentraciones se adelantaron de forma atípica, convirtiendo el lapso de promoción de los principales aspirantes en un verdadero maratón de resistencia.