El comunicador social y coordinador del Frente en Defensa del Norte de Caracas, denuncia que su lucha por los derechos de la ciudadanía es sistemáticamente amenazada por las agresiones del Gobierno a través de los colectivos. Pide a la dirigencia opositora más apoyo y “que se conecte con los problemas del pueblo venezolano”.
–Luego de 14 años defendiendo la propiedad y los derechos ciudadanos, ¿siente que ha arado en el mar?
–¡Para nada! Desde mis tiempos de líder estudiantil en la UCV creo que cada lucha, cada protesta o cada denuncia valió la pena y ha sembrado conciencia en muchos ciudadanos ante el respeto de sus derechos.
–En concreto, ¿qué ha logrado?
–Muchas cosas, como dejar atrás el mito de que, en el municipio Libertador, en el centro de Caracas, no se protesta. Cuando logras desalojar una invasión a la propiedad o se restablece el servicio de agua, esos son pequeños triunfos sobre el autoritarismo.
–Luego de haber estado cuatro veces preso, ¿qué ha aprendido?
–Que para la dictadura de Maduro ser periodista o luchador social te convierte en terrorista.
–¿En qué se parece su labor como líder social y la de periodista?
–Ambas van de la mano, porque uso esas herramientas del periodismo para visibilizar los problemas sociales del pueblo caraqueño. La denuncia y la protesta hoy en Venezuela son las únicas armas que nos quedan para hacer valer nuestros derechos.
–¿Cuál de las dos es más arriesgada?
–Por las dos me ha tocado ir a la cárcel o ser golpeado. Como le dije al director de la cárcel militar Ramo Verde: ´ser periodista y luchador social se lleva en la sangre`…por eso me mando a una celda de castigo.
–¿En cuál hay más censura?
–En Venezuela ambas tienen intrínseca la censura, porque decir las verdades, denunciar a quienes tienen al pueblo viviendo en condiciones inhumanas tiene un costo: desde que te quiten la bolsa Clap, hasta la cárcel, con torturas incluidas. El tema es no dejarse censurar.
–¿Y autocensurarse?
–Yo no apoyo la autocensura, aunque los canales nacionales siempre están aplastados por el ladrillo de la censura.
–¿Qué ha pasado con Roland Carreño?
–Sigue injustamente preso, procesado bajo un juicio injusto. El es ejemplo claro de que ser periodista en Venezuela es considerado delito. Desde el CNP Caracas tenemos una campaña exigiendo su liberación.
–¿Impide el régimen la defensa de los derechos humanos?
–Es una política de Estado, que criminaliza la defensa de los derechos humanos; las pruebas están allí, con las largas listas de activistas que hemos terminado en las mazmorras de la dictadura.
–¿Se olvidó de Venezuela la Corte Penal Internacional?
–La justicia tarda pero llega, recuerda que los delitos de lesa humanidad no prescriben.
–¿La peor violación de Derechos Humanos en el país?
–Son muchas, como la violación al derecho a la salud, cuando la gente muere de mengua en el Hospital JM de los Ríos; o la falta de agua y electricidad, o la violación sistemática a la propiedad.
–¿Ha recibido su movimiento apoyo de la dirigencia opositora?
–Más que apoyo, la petición que le hacemos es conectarse con los problemas del pueblo y acompañarlo en su drama. Algo que hoy no ocurre.
–¿Ha pensado transformar su Frente en una opción política?
–Lo intentamos al fundar en el 2021 la plataforma electoral 100% Caraqueños, que el CNE inhabilitó...
–A estas alturas, ¿qué son las negociaciones gobierno-oposición?
–Siempre he pensado que diálogo y protesta no son antónimos.
–¿Ha habido sabotaje oficial en contra de su labor de denuncia?
–Sin duda, desde las agresiones en mi contra por parte de colectivos hasta la cárcel.
–¿Lo siguen amenazando?
–En muchas ocasiones, hasta el mismo chavismo ha diseñado campañas comunicacionales pidiendo mi detención o incitando a la agresión. Pero para el fiscal Tarek Saab eso no es instigación al odio.
–¿Quién lo protege?
–Mi Virgen de La Candelaria y el nuestro beato José Gregorio Hernández; y en este plano los vecinos de mi amada parroquia y en general el pueblo de Caracas son mis guardaespaldas.
–¿Qué vale más: el carnet de la patria o la cédula de identidad?
–La cedula de identidad sin duda, aunque para el chavismo ponga el carnet del Psuv por encima.
–¿El deber menos cumplido por la ciudadanía?
–Creo que debemos levantar más la voz y hacer honor al lema Venezuela tierra de libertadores.
–¿Han decrecido las manifestaciones?
–El pueblo sigue protestando. El mejor ejemplo son las manifestaciones de los trabajadores contra el instructivo Onapre, que decretó un bajón brutal de salarios, o cuando salimos a la calle exigiendo agua o luz. El problema es la falta de coordinación y la desconexión de la dirigencia política.
–¿Hay derecho a que venezolanos coman de la basura?
–Cuando veo eso todos los días siento rabia y dolor; no es justo, pero esos sentimientos debemos transformarlos en rebeldía.
–¿Qué es hoy la clase media?
–Solos nos quedan los títulos universitarios, ya que no existe.
–¿Qué queda de derecho en los DDHH?
–Para el régimen de Maduro son letra muerta.
–¿Quién los enderezará?
–El pueblo en la calle haciéndolos valer.
–¿El torcedor por excelencia?
–En el régimen hay especialistas.
–¿Qué pasó con la ayuda humanitaria a Venezuela?
–Maduro nunca iba a dejarla pasar, y para el gobierno interino se convirtió en una promesa imposible de cumplir.
–¿El deber no cumplido de la Fanb?
–Ver como se violan los derechos humanos de todo un país y quedarse sentados viendo e, incluso, siendo cómplices principales.
–¿La desobediencia debida de la Fanb?
–Ellos son sinónimo de sumisión.
–¿Qué le impide desobedecer?
–Son más leales a los dólares que a la Constitución.
–¿Defiende la Defensoría del Pueblo?
–Al gobierno de Maduro y no al pueblo.
–¿Fiscaliza el fiscal?
–En muchos casos es sordo y mudo ante los delitos que afectan al pueblo.
–¿Controla el contralor?
–Es un zamuro cuidando carne.
–¿Quién controla a esos poderes?
–La dictadura tiene control total.
–¿Los derechos negados a las ONG,s?
–Somos criminalizados.
–¿Y a los activistas de derechos humanos?
–Para Maduro somos terroristas.
–¿Han crecido las invasiones?
–Sí, solo en Caracas el año pasado casi llegamos al centenar de intentos de invasiones a propiedades. Es una política de Estado desde los tiempos de Chávez.
–¿Y las expropiaciones?
–Todo el mundo está en riego de ser expropiado por un capricho del régimen.
–¿Qué expropiaría al régimen?
–El poder que utilizan para subyugar al pueblo.
–¿Terminará pública la propiedad privada?
–Dentro del chavismo hay un debate sobre este tema: unos no creen en la propiedad privada y fomentan su violación; y otros, ahora ricos y enchufados, quieren que se les respete la propiedad robada.
–¿La diferencia entre robo y expropiación?
–Cuando se expropia sin ningún argumento y, para colmo, nunca se paga, eso es un vil robo.
–¿Se deja violar el soberano?
–Debemos dejar de esperar el líder mesiánico que nos salvará. A pesar de las consecuencias es un deber salir a defender nuestros derechos.
–¿La institución que se viola a sí misma?
–Ellos piensan que Estado y Gobierno no son la misma cosa; ven al primero como su caja chica.
–¿Un logro del socialismo del siglo XXI en DDHH?
–Ellos solo usan la palabra “derechos humanos” como propaganda; no creen en ellos y violarlos es su divisa.
–¿Tienen deberes y derechos las milicias y los colectivos?
–Son armas de represión contra el pueblo que reclama sus derechos.
–¿Habrá enfrentamiento entre juntas vecinales y comunas?
–Al final, las comunas son apartados de propaganda que no existen, solo buscan control social. Seas chavista u opositor los apagones o falta de agua te afectan por igual.
–¿La impunidad madre?
–Que, ante la injusticia, como ciudadano no hagas nada o al menos levantes tu voz de protesta.
–¿El peor peligro para la sociedad?
–Ser completamente sumiso.
–¿Qué falta para que el proceso termine de controlar a toda la sociedad?
–Si hay una voz de protesta de algún vecino en cualquier parte de Venezuela, la dictadura nuca lograra el control total de la sociedad venezolana
–¿Una autocrítica como oposición?
–Centrase en debatir temas estériles que al venezolano le importan un comino, en vez de acompañarlo en sus luchas donde claman no más hambre y mejor calidad de vida.
–¿La última carta de la población?
–Rebelión popular, democrática y constitucional.
De perfil
Carlos Julio Rojas (38) nació en Caracas y ha vivido casi toda su vida en la emblemática parroquia La Candelaria. Su primer trabajo como periodista fue en El Tiempo de Oriente; luego laboró en 6to Poder y Primicias 24. Ha sido director de comunicaciones de la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresarios (Atraem) y del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin), entre otras ONG. Actualmente gerencia una empresa de asesoría comunicacional. En paralelo, coordina el Frente en Defensa del Norte de Caracas y la Asociación de Ciudadanos de La Candelaria. Es secretario general adjunto del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), seccional Caracas.
Jolguer Rodríguez Costa