El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dice que no habrá "cierre nacional", ignorando las crecientes llamadas de expertos en salud un día después de que la nación registró su mayor número de muertes por COVID-19 en 24 horas desde que comenzó la pandemia.
El Ministerio de Salud de Brasil registró 4.195 muertes el martes, convirtiéndose en el tercer país en superar ese umbral. Los opositores políticos de Bolsonaro exigieron medidas más estrictas para frenar la propagación del virus.
“No vamos a aceptar esta política de quedarnos en casa y cerrar todo”, expresó el mandatario nacional el miércoles, resistiendo la presión en un discurso en la ciudad de Chapeco en el estado de Santa Catarina.
El presidente conservador de Brasil también defendió el uso de los llamados protocolos de tratamiento temprano, que incluyen hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria.
Ningún estudio científico ha encontrado que el fármaco sea eficaz para prevenir o tratar el COVID-19.
En una carta abierta publicada el martes en el periódico O Globo, la Asociación Brasileña de Salud Colectiva pidió un cierre nacional de tres semanas.
Río de Janeiro / AP