En los últimos 20 años se ha incrementado en un 55 % la cifra de mujeres que se embarazan entre los 40 y 44 años; y en un 36%, entre 35 y 39, especialmente en los países desarrollados, utilizando para ello sobre todo suplementos hormonales.
Sin embargo, las estadísticas también señalan que el 25% de las damas en proceso de gestación entre los 35 y 40 años pueden tener un embarazo complicado.
La información fue suministrada por el doctor Daniel Márquez, perinatólogo y gineco-obstetra del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), quien explicó estas cifras están relacionadas con las expectativas de vida de las mujeres quienes, en muchos casos, dan prioridad a la capacitación profesional y desempeño en áreas ocupacionales, antes que a la maternidad.
“A nivel mundial, la edad avanzada para un embarazo está estandarizada a partir de los 35 años. Con las nuevas tecnologías y el incremento en la capacidad de hacer pruebas diagnósticas cada vez más específicas, esta edad se ha ido desplazando y ahora, los embarazos después de los 35 años son mucho más frecuentes en países desarrollados, con una incidencia entre un 12 y un 15% en los países en vías de desarrollo.
Riesgos
Para el doctor Márquez, especialista en el manejo de los problemas de salud de la madre y el feto, antes, durante y poco después del embarazo, las complicaciones aumentan hasta en un 25% en las féminas entre 35 y 40 años, y podría subir hasta un 37%, en aquellas por encima de los 40.
“Las mujeres mayores de 35 años pueden tener mayor cantidad problemas de fertilidad, sobre todo por la disminución de lo que se denomina reserva ovárica. Aquella entre 38, y 40 años tiene una calidad ovulatoria más baja, por lo tanto hay asociación de trastornos de fertilidad asociado al reloj biológico”.
A medida que la mujer avanza en edad, está sujeta a más probabilidad de complicaciones metabólicas, sobre todo aquellas asociadas a la diabetes, trastornos tiroideos e hipertensión crónica; así como alteraciones respiratorias y neurológicas, frecuentes sobre todo en pacientes que sobrepasan los 40 años de edad.
“Muchas recurren a tratamientos de fertilidad y pueden resultar en el embarazo múltiple, gemelos, incluso triples y cuádruples. El riesgo aumenta de forma exponencial por los problemas cromosómicos, y son frecuentes los abortos espontáneos, los cuales pueden llegar a una casuística relativamente importante, acerca de un 25%, es decir uno de cada cuatro embarazos en mujeres mayores de 35 años puede perderse de forma espontánea.”
Márquez advirtió de posibles problemas anatómicos, donde la presencia de un mioma uterino genera alteraciones en la implantación de ese bebé, lo que no permite que el embarazo llegue a feliz término. “De igual manera, hay un crecimiento exponencial en el riesgo de probabilidad de nacimiento prematuro de bebés, de bajo peso al nacer, sobretodo asociados con los problemas de hipertensión”.
Parto
El especialista señala que existe mayor probabilidad de cesárea para una madre por encima de los 35 años, posibilidad que aumenta exponencialmente cuando la edad supera los 40, más frecuente en las madres primerizas.
“Lo ideal en toda mujer que quiere embarazarse por encima de 35 años es acudir a una consulta pre-concepcional, en la que se establecen sus factores de riesgo, se elabora una historia clínica de riesgo perinatal, donde se discuten los antecedentes propios de la paciente se realizan los exámenes y se coloca el tratamiento necesario para tratar de minimizar los riesgos durante la gestación”.
De esta manera, se va estratificando el riesgo de la embarazada. “En el primer trimestre se hace énfasis en la predicción de riesgo para preclamsia. En la semana 11 y 14, en la detección de problemas cromosómicos y, en el segundo trimestre, en la evaluación detallada del corazón y del cerebro fetal, órganos más susceptibles a presentar alteraciones”.
El médico recomienda a las damas someterse a "evaluaciones muy especiales desde el aspecto ecográfico, pruebas especiales en sangre, que permiten recalcular específicamente sus riesgos.”
Agregó que, la tendencia es hacer cálculo específico de riesgo para cada paciente; si este se considera aumentado para un problema cromosómico, esa paciente clasifica para una amniocentesis y es lo que justifica este tipo de procedimiento en esta población obstétrica específica.
Caracas / Redacción Web