El viernes 13 de agosto, el gobierno de Nicolás Maduro y dirigentes políticos opositores iniciaron, en México, una nueva ronda de negociaciones para buscar consensos que logren solucionar la grave y compleja crisis que atraviesa Venezuela tras ocho años consecutivos de recesión y casi cuatro años de hiperinflación.
Dentro de los puntos incluidos en el memorando de entendimiento suscrito por las partes, los aspectos económicos parecen ocupar un lugar preponderante. El cese de las sanciones contra el país, la protección de la economía nacional y social al pueblo y la restauración de los derechos de los activos son temas que entrarán en el debate en las próximas semanas, junto a los aspectos políticos, electorales y de convivencia.
Ante este panorama surge la interrogante de si las conversaciones entre el chavismo y sus adversarios, que se desarrollarán con la mediación del reino de Noruega, servirán en lo inmediato para paliar los ya crónicos problemas en el ámbito financiero, de producción y monetarios que atraviesa la nación venezolana.
El Ejecutivo ha hecho del asunto de la sanciones sobre funcionarios y empresas una de las prioridades, además de la devolución de activos como Citgo y las cuentas bancarias a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y el Banco Central.
Durante una rueda de prensa con medios internacionales, el pasado lunes, el primer mandatario aseguró que Estados Unidos “tendrá que levantar las sanciones (económicas) contra Venezuela”. “Mientras eso ocurre, debemos activar todos los motores económicos productivos que tiene el país. Que nadie entre en fase de lloriqueo”.
Expertos consultados por El Tiempo ven en este nuevo intento de diálogo, una posibilidad de que el Gobierno y la oposición logren finalmente llegar a acuerdos que empiecen a solucionar el conflicto político, lo que es clave para entrar en un proceso de reinstitucionalización del país, reconstruir la confianza y salir de la crisis.
“Si sigue el conflicto político, no habrá mejora. Para mí el tema fundamental es entender que en la negociación se tienen que resolver los temas políticos, lo que, sin lugar a dudas, sería una buena noticia para la economía. Sin solución del tema político, Venezuela va a seguir en crisis económica”, insiste el economista Luis Oliveros.
El especialista señala que cuando se analiza el proceso de negociaciones es muy difícil pensar en un asunto económico en específico como, por ejemplo, acabar con la hiperinflación o tratar de buscar el equilibrio fiscal. Sin embargo, reitera que para la economía venezolana, el hecho de que haya una negociación política y posibilidades de que se llegue a un tipo de arreglo, o por lo menos de que se mejore el conflicto político, ya de por sí es una buena noticia.
En esta nueva ronda de negociaciones, el oficialismo pide, además, el reconocimiento a la Asamblea Nacional (AN) electa en diciembre de 2020, de mayoría chavista, y al resto de los poderes públicos. La oposición, agrupada en la llamada Plataforma Unitaria de Venezuela, propone un cronograma de elecciones generales con observación internacional, atención a la emergencia humanitaria y a la pandemia del Covid-19, así como garantías democráticas (liberación de los presos políticos y regreso de exiliados).
A juicio de Oliveros, una de las principales piedras de tranca en materia económica son las sanciones, las cuales tienen un origen político debido a que fueron impuestas, sobre todo, por el gobierno de EEUU y la Unión Europea, respaldados por la oposición para tratar de buscar la renuncia de Maduro al poder.
Advierte que sin alivio en las penalizaciones, la economía no mejorará. “Para recuperar la economía venezolana se requerirá, por un lado, que se levanten las sanciones y, por el otro, que Venezuela-Pdvsa vuelva a los mercados financieros internacionales. Con el conflicto político, ambas cosas son casi imposibles de lograr”.
Estados Unidos ha declarado su disposición de revisar las sanciones si Maduro facilita “avances significativos” en las negociaciones. La Unión Europea y Canadá también manifestaron que están prestos a “revisar las políticas de sanciones” contra Venezuela.
Expertos ven en este nuevo intento de diálogo, llevado a cabo en México y nuevamente con la mediación del gobierno de Noruega, una posibilidad de que el gobierno y la oposición logren finalmente llegar a posibles acuerdos que empiecen a solucionar el conflicto político y se pueda entrar en un proceso de reinstitucionalización del país, dos claves para después empezar a hablar de economía
El economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, sostiene que más que alivio de sanciones, lo que necesita la economía tiene que ver más con acuerdos sostenibles en el tiempo, que permitan construir una hoja de ruta para la reconstrucción de Venezuela. “Eso pasa por resolver el tema político e institucional”.
En este sentido, el presidente de Fedecámaras, Carlos Fernández, asevera que el diálogo que se desarrolla en México puede significar el primer paso para entrar en un proceso de reinstitucionalización del país. De esta manera empezaría a generarse la confianza que se necesita para atraer las inversiones que requiere Venezuela. “La política y la economía son dos caras de una misma moneda”, afirma.
“Pienso que probablemente en las primeras conversaciones entre los factores de la oposición y del gobierno toquen el tema electoral para terminar de conseguir las condiciones a las que la oposición aspira para participar. Eso podría ser el inicio de un proceso de creer en las instituciones y de recobrar confianza en el voto, en el entendido de que la solución de nuestro problema no es en el plazo inmediato, sino que llevará cierto tiempo. Nuestro principal objetivo y empeño es que el diálogo se dé”.
A través de un comunicado, la principal cúpula empresarial manifestó su respaldo al proceso que continuará del 3 al 6 de septiembre en tierra azteca.
“Como gremio empresarial, insistiremos en respaldar con determinación la superación de los problemas políticos, para pasar a incluir en la agenda los temas sociales y económicos, junto a la discusión y construcción del modelo de desarrollo que queremos todos los venezolanos, un proyecto sugestivo de vida en común (…) entendemos el escepticismo luego de varios intentos fallidos, pero este tipo de iniciativas, crecen y se fortalecen de las experiencias para poder ser eventualmente exitosas”.
La instancia gremial advirtió que el camino de la negociación “es largo y no hay soluciones inmediatas. “(Sin embargo) urge la voluntad política sin dilaciones y con un profundo compromiso con Venezuela y su gente. Solo así seremos capaces de diseñar el camino a la modernidad”.
Por su parte, el economista y decano de la Facultad de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Ronald Balza, estima que la oposición debería pedirle al Gobierno la rendición de cuentas del presupuesto nacional.
“Si la oposición (si es oposición) pide alivio de sanciones, pero no pide al Gobierno (si es Gobierno) presupuesto, rendición de cuentas y al menos toda la información oficial que teníamos en 2012, no sé para qué fue a México”, resaltó.
Durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro han sido varios los intentos de diálogo con la oposición. Los primeros encuentros se registraron en los años 2002 y 2005. Posteriormente se dieron, al menos, otros dos entre 2012 y 2013.
Desde 2014 se han materializado cuatro acercamientos que han resultado infructuosos. A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, esas iniciativas de diálogo surgieron en medio de protestas de calle y con una oposición más cohesionada.
2014
En el marco de las protestas nacionales denominadas La Salida, el Gobierno convocó a una Conferencia Nacional por la Paz. En abril de ese año se conformó una mesa de diálogo entre un sector del antichavismo –que incluía a Ramón Guillermo Aveledo y Henry Ramos Allup-, e integrantes del Ejecutivo y se contó con la mediación de Unasur a través de los cancilleres de Colombia, Ecuador y Brasil, además del nuncio apostólico, en representación del Vaticano.
El encuentro, realizado en el Palacio de Miraflores –con 11 oradores de la MUD y 11 del Gobierno-, fue transmitido por cadena de radio y televisión.
2016
Un año después de los comicios parlamentarios de 2015, que dieron la victoria a la MUD, la oposición buscó la activación de un referendo revocatorio presidencial que fue obstaculizado. Posteriormente se convocaron las marchas pacíficas llamadas la “Toma de Venezuela”. A finales de 2016 se buscó continuar el diálogo y el arzobispo Claudio María Celli fue enviado por el Vaticano como mediador del conflicto, que apuntaba a una nueva salida electoral. Sin embargo, el intento resultó infructuoso y el representante de la Santa Sede se retiró.
2017
De nuevo enmarcado en una extensa ola de protestas nacionales, se registra otro proceso de diálogo que tiene como sede la ciudad de Santo Domingo, en República Dominicana. Estas negociaciones estuvieron respaldadas por el presidente de esa nación, Danilo Medina; el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y los mandatarios de Bolivia, Chile, México y Nicaragua. La muerte del efectivo policial rebelde Oscar Pérez, en medio de un operativo de fuerzas de seguridad, el 15 de enero de 2018, que fue calificado de ajusticiamiento, llevó a la MUD a suspender los encuentros con el Gobierno.
2019
Luego de la juramentación de Juan Guaidó como presidente interino, por parte de un sector de la oposición, se reactiva otro proceso de negociación, con el aval del reino de Noruega. La ONU, el Vaticano y varias naciones hicieron llamados, a comienzos de ese año, a favor del diálogo. En un primer momento se realizaron en Oslo y, una segunda parte, en la isla de Barbados. Por el lado de la oposición participaron Stalin González y los asesores Gerardo Blyde y Fernando Martínez. Guaidó anunció el fin de estos acercamientos el 15 de septiembre de 2019,tras el abandono de la mesa por parte del sector gubernamental.
Caracas / Carlos Seijas Meneses