La carrera para las presidenciales de 2024 ya inició. En la última semana, distintas organizaciones de oposición comenzaron sus consultas internas y reuniones con la militancia para aceitar la maquinaria y evaluar opciones que permitan hacer frente al chavismo en la próxima contienda electoral.
Extraoficialmente, voceros vinculados a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) señalan que la convocatoria para unas eventuales primarias para elegir a un abanderado antichavista, se realizaría en 2023, con una lista preliminar de al menos una veintena de nombres que deberá ser depurada en el transcurso del año.
Otros, sin embargo, apuestan al consenso como la mejor vía para dilucidar quien será en encargado de enarbolar la causa unitaria, un mecanismo que desde ya luce cuesta arriba.
“Hay rumores que dicen que en la oposición ya hay varios candidatos a las presidenciales. Eso está bien para tener opciones. Lo que no podemos permitir es la división al no medirse en las primarias favoreciendo así al oficialismo. El que no se quiera medir es sospechoso”, alertó días atrás Darwin González el alcalde del municipio de Baruta en Caracas, y dirigente de Fuerza Vecinal, organización que logró posicionarse como un movimiento emergente en las pasadas regionales del 21-N.
Por lo pronto, la delantera parece haberla tomado el sector de Acción Democrática (AD) liderado por Henry Ramos Allup.
El pasado 1 de febrero el Secretario de Organización de la tolda Blanca, Carlos Prósperi, anunció que se había iniciado una fase de trabajo con las estructuras del partido, “para lo que esté por venir en los próximos años”. Adicionalmente, instó a la dirigencia que integra la Plataforma Unitaria y las organizaciones aliadas a medirse en primarias para elegir a un candidato presidencial.
“Tenemos dos años para las elecciones presidenciales y debemos organizarnos como Plataforma Unitaria. Todas las organizaciones políticas de oposición deberían presentar candidaturas y escoger un candidato que represente los intereses de todos los venezolanos”, dijo Prósperi.
En los días siguientes, las organizaciones municipales del partido, siguiendo instrucciones del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de AD, realizaron reuniones a lo largo del todo el territorio, incluyendo los estados Miranda, Carabobo, Guárico, Yaracuy, Monagas y Zulia, entre otros.
Precisamente en el marco de estos encuentros, fueron ventiladas unas declaraciones del primer vicepresidente de AD, Edgar Zambrano, quien adelantó el nombre del actual Secretario General, Henry Ramos Allup, como primera opción para una precandidatura presidencial, de cara a las primarias de 2023.
“Nosotros consideramos que AD tiene una carta fundamental con nuestro Secretario General, una propuesta de ganar-ganar, con conocimiento del país, formación para la dirección del Estado venezolano, preparado para ejercer la primera magistratura, propuesta que fue recibida con mucho beneplácito por los distintos factores de nuestra tolda política”, indicó Zambrano el pasado 4 de febrero al finalizar una gira por los estados Lara, Trujillo, Zulia, Mérida y Táchira.
El anuncio no cayó en saco roto. La polémica en las redes quedó servida, con algunos señalamientos a favor y muchos otros en contra. Estos últimos objetaban que la edad del dirigente adeco para el 2024 sería de 81 años, por lo cual, consideraban, se hacía evidente dar paso a una generación de relevo dentro de la estrategia política.
Al día siguiente, el propio Ramos Allup, al ser consultado por el canal ENTV Miami, dijo: “no haber abierto la boca en materia de candidatura”.
Para atizar más el fuego, el Secretario Político del CEN de AD, José Zamora, lanzó a la palestra otra opción de precandidatura dentro de Acción Democrática: la de Carlos Prósperi.
Zamora dijo que su posición la adoptaba “fiel a su pensamiento y trayectoria política de más de 50 años de militancia”. “Opino que si Henry Ramos declina la candidatura Presidencial yo apoyaré a Carlos Modesto Prósperi (…) Creo que tiene temple de candidato presidencial, un venezolano noble y con una capacidad intelectual apropiada, para enfrentar el reto, y la tragedia de Venezuela”.
Con ello quedaba claro que incluso dentro del llamado Partido del Pueblo, las decisiones no eran monolíticas, y que la tarea de encontrar un abanderado único, con aceptación dentro del electorado opositor y perspectiva de no sucumbir a una inhabilitación por parte del Gobierno, sería una empresa compleja.
Aunque Ramos Allup también calificó de “extemporáneo” hablar de candidaturas presidenciales en este momento y afirmó que hacerlo generaría un “desgaste” en la oposición, lo cierto es que las reuniones de las estructuras regionales del partido y las declaraciones de los otros dirigentes adecos demuestran que este un tema que ye resulta inevitable.
Por otro lado, dada la complejidad de la tarea que se encuentra por delante, la iniciativa resulta ajustada a los tiempos políticos.
Para Ramos Allup, el tema de sus aspiraciones presidenciales para confrontar al chavismo tampoco es un tema que le es ajeno.
En el ya lejano 1998, a meses de la elección que le daría el primer triunfo al aspirante del Movimiento Quinta República (MVR), Hugo Chávez, el partido blanco llegó a barajar la posibilidad de que el para entonces parlamentario Ramos Allup representara la fórmula que pudiera medirse con el líder en ciernes de la revolución.
Era un momento de crisis para la oposición, y en medio del desespero se buscaban alternativas ante un Chávez que subía aceleradamente en los sondeos de opinión. AD exploraba una lista que incluía los nombres del caudillo Luis Alfaro Ucero, y el secretario de Organización, Lewis Pérez, entre otros.
La tolda blanca realizó entonces una encuesta interna en la que Ramos Allup resultó desfavorecido y a quien se le achacó no tener el carisma para aglutinar la simpatía popular.
Diecisiete años después la situación para Ramos Allup era otra. Luego del triunfo de la MUD en las parlamentarias del 2015, el secretario general de AD asumió la presidencia de la Asamblea Nacional el 5 de enero de 2016.
Como una de las primeras decisiones de su gestión, Ramos Allup ordenó retirar los cuadros de Chávez del Palacio Legislativo. “Que se los lleven a Sabaneta, Mándeselo a las hijas o a la viuda (…) no quiero ver a Chávez ni a Maduro. Llévense esa vaina para Miraflores o se lo dan al aseo, pero aquí nada”, espetó en lo que sería una declaración de intenciones para los meses por venir.
Con su afilado y corrosivo verbo, la osadía de Ramos Allup, le valió un momento de popularidad. Fue en aquel entonces que comenzaron a surgir voces que apostaban a su figura como la opción más válida para unos eventuales comicios presidenciales.
Durante una sesión legislativa el 28 de julio de 2016, Ramos Allup, se dirigió al entonces diputado del Psuv, Héctor Rodríguez, para apuntarle su visión de lo que sería el futuro: “Mire, diputado Rodríguez, fíjese lo que son las paradojas de la vida: usted a los 34 años representa el pasado que se va a morir prontico. Yo, a mis 72 años, represento el futuro porque vamos a hacer gobierno”, señaló el dirigente adeco.
Sin embargo, los fallos cometidos por la oposición a partir de 2017 y las estrategias erradas que impidieron concretar la unidad de las fuerzas antichavistas, llevaron un gran porcentaje de la población opositora a endosar las responsabilidades a la dirigencia del llamado G4 – AD, Primero Justicia, Voluntad Popular y un Nuevo Tiempo-, con Ramos Allup a la cabeza.
Hoy a menos de tres años de las presidenciales y a pesar de la popularidad perdida, el secretario general de AD, parece jugarse su última carta. La iniciativa ha despertado la animadversión de algunos sectores.
Henry Alviarez, coordinador nacional de Vente Venezuela, repudió una posible precandidatura de Ramos Allup, advirtiendo que en las bases de los partidos “hay gente decente”.
Analistas políticos consultados por El Tiempo, apuntan que los anuncios adelantados de precandidaturas, buscan en primer momento, solventar división interna que vive Acción Democrática desde junio de 2020, cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) entregó la conducción de la organización a una junta ad hoc encabezada por Bernabé Gutiérrez, despojando de su tarjeta y símbolos al ala partidista dirigida por Ramos Allup.
El politólogo y analista Raniero Cassoni, señala que en propuesta de lanzar a Ramos Allup, se intenta activar la maquinaria de AD y sobre todo, tratar de unificar el partido.
“Sin embargo esto es algo que creo que no vaya a lograr, porque Ramos Allup ha sido el principal foco de conflicto junto con Bernabé Gutiérrez. Ramos Allup tiene una muy poca probabilidad de ser el candidato de la unidad, cuando, todavía entre sus facciones no va a tener el apoyo total”.
De cualquier modo, aunque AD haya tomado la delantera en el tema organizativo, otros voceros y agrupaciones minoritarias no se han quedado a la zaga, como La Causa R o el Movimiento al Socialismo (MAS) que recientemente propuso, en voz de su vicepresidenta nacional, María Verdeal, un reencuentro de fuerzas opositoras para construir una ruta hacia las primarias y las presidenciales de 2024.
Cassioni indica que el tema de la aceptación mayoritaria de un candidato presidencial en Venezuela, va a depender de las reglas del juego que sean capaz de coordinar los diferentes factores políticos. “Es un panorama bastante complicado, pero hay que proyectar esa coordinación para que, más que un consenso, se construya el mecanismo de elección”.
El politólogo Raniero Cassoni, señala que en propuesta de lanzar a Ramos Allup, lo que busca es activar la maquinaria de AD y unificar el partido. “Sin embargo esto es algo que creo que no vaya a lograr, porque Ramos Allup ha sido el principal foco de conflicto junto con Bernabé Gutiérrez”.
Lo cierto, es que a juicio de dirigentes y analistas existe tiempo suficiente para construir una alternativa sólida y articular la atomizada y diversa oposición del país en torno a una figura más amplia y representativa.
Caracas / Rodolfo Baptista
