75 prestadores de servicio que hacen vida en Playa Concorde, en el municipio Mariño del estado Nueva Esparta, enfrentan una difícil situación legal que les impide realizar mejoras y mantenimiento a sus puestos de trabajo.
Desde hace tres años, una disputa por la propiedad y un problema ambiental los mantiene en un limbo legal que afecta su sustento y el de sus familias.
Morelis Mata, presidenta de la asociación que agrupa a estos trabajadores, explicó que una sentencia judicial les prohíbe construir o realizar cualquier tipo de modificación en sus módulos, la mayoría hechos de madera, bajo la amenaza de ser multados. "Si construimos, nos multan. Si hacemos cualquier cosita para mantenerlos, nos multan".
La sentencia en cuestión alega que la contaminación en la zona es producto de los pozos sépticos de los locales. Sin embargo, los prestadores de servicio aseguran que siempre han manejado esta situación de manera responsable y que no existe tal contaminación.
"Nosotros siempre lo hemos manejado con todo eso, pero en verdad no hay contaminación. No la hay", aseguró Mata.
Los trabajadores de Playa Concorde se sienten desamparados y sin respuestas por parte de las autoridades.
"No sabemos realmente por qué no nos quieren ayudar aquí en Playa del Concorde. No nos quieren ayudar porque por donde vamos siempre somos rechazados", denunció Mata.
Omaira Silva, otra prestadora de servicio afectada, relató que no reparar las estructuras existentes, pone en riesgo su seguridad. "A nosotros nos afecta, porque se nos cae el techo, se nos cae una viga, no podemos reconstruirlo porque no nos dan permiso".
Los prestadores de servicio de Playa Concordia exigen una solución a este conflicto legal que les permita trabajar dignamente y mantener a sus familias. "Nosotros queremos, por favor, nosotros exigimos nuestros permisos, es lo que le exigimos, nosotros no exigimos más nada", sentenció Silva.
Este problema afecta a más de 75 familias que dependen de la actividad comercial en Playa Concorde. Los trabajadores, muchos de ellos con más de 60 años trabajando en la zona y pertenecientes a la comunidad indígena Guaiquerí, claman por una respuesta de las autoridades que les permita seguir siendo el sustento de sus hogares.
Nueva Esparta / Mario Guillén Montero