Los conciertos de luna llena, que a lo largo de este año se organizaron en las sedes de la Fundación Prosperi en la zona de Paria del estado Sucre, tendrán un cierre de lujo con la actuación del cantautor más destacado de la música oriental venezolana: Gualberto Ibarreto.
El nativo de El Pilar, “el pichón”, ofreció este jueves una rueda de prensa en la fundación, en Carúpano, en la cual a pesar de su condición física, recordó, lloró y rió, al hacer un recorrido por su trayectoria, cuando cumple 50 años de haber grabado su primer acetato, por el año 1974.
Ibarreto no podía ir a Paria, tener un encuentro con los medios y no hablar del maestro Luis Mariano Rivera, quien le entregó su música para que la difundiera. “Él me dio las canciones y yo le presté mi voz y los dos triunfamos”, dijo emocionado, cuando evocó al viejo.
Insistió mucho en el reconocimiento que merecía Rivera y que empezó a tener cuando el país entero, obra y gracia de los discos que grabó en ese momento, comenzó a escuchar y reconocer la música oriental.
Al respecto, dijo que aún sigue las enseñanzas del cantor de Canchunchú, quien era un apasionado de lo cotidiano, de lo sencillo y así difundió Ibarreto sus poemas de lírica asombrosa y que aún representan lo telúrico de Paria.
También recordó los primeros encuentros con Rivera, su participación en el Festival de la Voz Universitaria, y como con sus canciones: María Antonio, Cerecita, Canchunchú Florido, fue ganando espacios para la música oriental, y la convirtió en un género tan popular, que no había en el país quien no usara sus letras para retratar situaciones cotidianas.
No dejó fuera la colaboración con Enrique Hidalgo, quien se convirtió en el compositor que le dio algunas de sus más conocidas canciones y que hoy día forman parte del catalogo de creaciones más representativas de la venezolanidad.
Gualberto remarcó su formación de hombre en la tierra y su vinculación desde muy niño a la cultura, porque su papá era agricultor y su mamá era interprete del órgano. La familia estaba muy ligada a la música y comenzó a participar en parrandas desde niño.
En esas manifestaciones tuvo los primeros contactos con Luis Mariano y su conjunto Canchunchú Florido.
Fue una jornada llena de anécdotas y de mucha emocionalidad por parte del cantante, quien se convirtió en un icono de la música nacional para varias generaciones, que aún tararean Ladrón de tu amor, Presagio o ríen cuando declaran eres “María Antonia”, tú estás loca.
Su canción favorita de esa primera etapa cuando salió al mundo con las canciones de Luis Mariano es la Guacara, de la cual dijo que todavía la gente le pregunta si es verdad que los muchachos de Paria asan el caracol y se lo comen.
Este viernes en la noche, los trabajadores de las empresas Prosperi tendrán el privilegio de escucharlo cantar una vez más, como parte de un homenaje a los 50 años de su formalización como cantante que quedó grabado en un disco, pero a la vez será un reconocimiento de la conocida productora de rubros cacaoteros, para quienes laboran a diario en la tarea de dar valor al fruto desde Paria.
Paria / Yumelys Díaz