Ni la más pertinaz lluvia del jueves en la mañana suspendió los responsorios que trabajadores del sector público dedicaron en la plaza Miranda de La Concordia.
A este nuevo acto de protesta que semana a semana se ha desarrollado en diversos puntos de la capital tachirense, no solo lo acompañaron las consabidas consignas en pro de mejores condiciones salariales, sino que fue la ocasión para la representación simbólica del “entierro del salario”, al cual le confeccionaron su respectiva urna.
De un modo satírico los presentes le lloraron y le vistieron de luto, y mientras caminaban por la octava avenida de La Concordia en tono apesadumbrado repetían “dale el señor el descanso eterno; brilla para él la luz perpetua”, transformando el duelo de las carencias de sus hogares, en duelo luctuoso.
La concentración iba a tomar el habitual desplazamiento hacia el centro de la ciudad, esta vez desde La Concordia; pero sin lograr este trayecto, y bajo paraguas, o amparados con ponchos, no se desperdició la ocasión para transmitir en un espacio público muy asiduo, como lo es la plaza Miranda, a los periodistas presentes, el contundente mensaje.
—Con esta urna visibilizamos la tragedia que vive el magisterio venezolano, y en ella se depositó un salario casi inexistente. La lucha no cesa hoy, solo que la lluvia perturbó el camino. Nosotros nos reincorporaremos con todos los hierros el día miércoles, pues hasta tanto el Gobierno nacional no dé respuesta a nuestras inquietudes, nuestras exigencias, nosotros en el magisterio no vamos a claudicar, no nos vamos a dejar vencer, hasta que no sea reivindicado tal y cual lo estamos exigiendo— afirmó un dirigente sindical presente en el acto de protesta.
Para el jubilado Emiro Díaz, el pasar la distribución de los sueldos al Sistema Patria, marcó una condena de muerte para el salario, que hasta los momentos no da indicios de resurrección.
—Desde el momento en que el Gobierno nacional envió todos los salarios al Sistema Patria, a través de ese organismo llamado Onapre, los asesinó, pues el salario como la Ley Orgánica del Trabajo establece que es la retribución por una jornada laboral, y eso lo puedes llamar limosna, ayuda, pero no salario. El Gobierno fue el que decretó el paro, porque al no haber retribución por el salario, el trabajador tampoco está obligado a asistir. Cuando a través de la Zona Educativa le dice al trabajador que puede hacerlo tres días, hace un reconocimiento tácito del fracaso– afirmó Emiro Díaz, de la Asociación de Educadores Jubilados del Estado Táchira.
Los manifestantes rogaron a los representantes de los entes gubernamentales de la región que se acuerden reuniones con el objeto de que sus demandas sean escuchadas.
— Le hemos pedido infinidad de veces al señor Gobernador que se siente con nosotros. Nosotros queremos dialogar, y contemplar las propuestas para obtener beneficios para todos los trabajadores— declaró Justino Pabón, Secretario General del Sindicato de Obreros y Bedeles del Estado Táchira.
Los manifestantes advirtieron que las acciones de protestas siguen la próxima semana, y no se detendrán hasta tanto el Gobierno nacional acuerde mejoras significativas.
Trabajadores del sector salud recordaron que ellos no han dejado desamparados los centros asistenciales y que por tal abnegación en los momentos más terribles de la pandemia, merecen siquiera la atención de sus necesidades.
—Porque nosotros sí sentimos y sabemos lo que significa la palabra responsabilidad y empatía hacia un ser humano, cosa que ustedes señores del Gobierno, no sienten hacia nosotros los trabajadores de Venezuela. Profesores, médicos, enfermeros, todos los que entramos en la categoría de funcionarios públicos, aquí estamos en protesta. Déjeme decirle señor Presidente que si nosotros enfrentamos a un monstruo llamado pandemia, por el cual muchos de los nuestros se fueron, nosotros seguiremos luchando, porque necesitamos sacar a nuestras familias adelante. Nosotros no merecemos un sueldo tan miserable, como el que usted nos pretende dar. Somos personas valiosas que vamos a sacar este país adelante— manifestó Lisset Acosta, enfermera del Seguro Social.
Táchira / La Nación