La realidad de los 15 mil productores de cacao con los cuales cuenta el estado Sucre, está lejos de ser la ideal, desde que se desató el contagio por Escoba de Bruja (Moniliophthora perniciosa), una enfermedad que transmite un hongo que pudre las maracas y acaba con la planta.
Álvaro López, productor del rubro, delegado de la Asociación Nacional de Productores de Cacao de Venezuela (Asoprocave) y delegado de Fedeindustria por el sector para la zona de Paria, admitió que en el último año el rendimiento de los cultivos del grano bajó al menos 50%, al pasar de recolectar unos 300 kilos por hectárea a solo 150.
Cifras similares manejaba en el mes de febrero, el productor e ingeniero agrícola, Beltrán Caraballo, quien precisó que de tener zafras de 11 mil toneladas del fruto por año, la cifra se redujo a la mitad en solo dos años.
“Hay un ataque muy severo de la enfermedad y estamos requiriendo como productores que haya un programa que incluya al Estado venezolano y a los empresarios. El hongo entró hace mucho tiempo y habíamos estado conviviendo con él”.
De los 15 municipios del estado Sucre, nueve son cacaoteros y hasta hace unos dos años la entidad capitalizaba 53% de la producción total de cacao del país.
Sin embargo, para Álvaro López, el sector vive su peor crisis debido a la infectación por Escoba de Bruja, por lo que pidió un auxilio, no solo en el estado Sucre sino a nivel nacional.
Alertó sobre la pérdida de 50% de la actual cosecha, debido a la ausencia de una campaña fitosanitaria efectiva para la protección de la zafra "Esto nos está debilitando la calidad de vida y el nivel adquisitivo del productor y la productora".
Dijo que el cacao es el medio de sustento de 15 mil familias en el estado Sucre, por lo cual hizo un llamado a las autoridades, en especial a los alcaldes, para que ayuden a los productores cacaoteros.
López en su calidad de delegado de Fedeindustria, presentó ante el directorio del ente, un plan para ayudar a los productores y que está siendo discutido por quienes hacen vida en el sector, y que además, se ha hecho del conocimiento de las autoridades, y que tiene como norte aumentar el rendimiento por hectárea, pasar de 300 kilos a 1.000 kilos.
Adicionalmente, quieren redimensionar la cacaocultura, con la modernización de las fincas y el uso de materiales resistentes a plagas y adaptados a las condiciones agroecológicas de la zona.
Igualmente, señaló que el plan propone la incorporación de escuelas y liceos, para que socialicen la propuesta.
Agregó que la meta es recuperar las 36 mil hectáreas sembradas en el estado y sumarles unas ocho mil hectáreas adicionales.
Sobre el tema de las semillas e insumos, dijo que cuentan con un excelente banco de materiales.
Sin embargo, señaló que están acatando una providencia del Instituto Nacional de Sanidad Agrícola Integral (Insai), que prohibió el traslado de semillas u otros materiales vegetales para evitar la propagación de la Escoba de Bruja
Desde febrero, el Insai anunció la puesta en ejecución de un plan para combatir la infección, para lo cual dividió los nueve municipios productores en cuatro arcos de acción: el primero quedó establecido en Cajigal y Arismendi; el segundo Mariño y Valdez, el tercero Libertador y Benítez y el cuarto arco, los municipios Bermúdez, Andrés Mata y Andrés Eloy Blanco.
En el caso del cuarto arco, su coordinador y presidente del Instituto Autónomo de Desarrollo Agropecuario del municipio Bermúdez (Iadamber) Rommel Ugas, señaló que en su zona ya arrancaron con el plan de saneamiento, y en algunas zonas como Maturincito, ya están libres de la enfermedad.
Sin embargo, según los datos que manejan estarían afectados unos 6 millones de árboles de cacao en Paria, en un primer conteo.
Estos números habrían provocado una pérdida de unas nueve millones de toneladas del fruto.
Por otro lado, Ugas informó que se está aplicando un plan diseñado por Álvaro López, en su calidad de experto en el área y que consiste en abordar con medidas fitosanitarias muy precisas las zonas donde esté la enfermedad, aislar las plantas infectadas y hacer una poda quirúrgica.
Carúpano / Cecilia Lárez
