Carlos Alfonso, propietario de la edificación donde funcionaba el laboratorio clínico Grupo de Asistencia Médica Bioanalab, ubicado en Barcelona, y que explotó la mañana del pasado martes 28 de junio, aseguró que el lugar no poseía ningún tipo de conexiones de gas ni cilindros, por lo que la supuesta fuga que desencadenó el accidente no se originó allí.
Aclaró también que por el frente del local, ubicado en la avenida Pedro María Freites, sí pasa una red que distribuye el servicio a la comunidad, pero reiteró que ellos estaban excluidos porque ahí solo funcionaban consultorios médicos y de odontología, además del laboratorio. “No había cocina ni nada de eso, como la gente cree, solamente equipos eléctricos”.
Alfonso resaltó que hace tres semanas la tanquilla de gas que tienen cerca se incendió y el personal de la compañía, en este caso VDGas, acudió a hacer las reparaciones correspondientes.
“Es posible que las tuberías se hayan dañado nuevamente y como taparon el espacio con una losa, la sustancia quedó sin una válvula de alivio. Presumimos que comenzó a filtrarse por el sistema de cloacas y cubrió toda la edificación hasta que ocurrió el desastre”.
El propietario del lugar señaló que por lo sucedido le ha tocado correr con los gastos médicos de las dos mujeres que resultaron lesionadas. Además, los vecinos, desde el desconocimiento, lo culpan de no tomar las previsiones necesarias para evitar el siniestro que dejó secuelas en una cancha y varias viviendas.
“Los cuerpos de seguridad siguen investigando y confiamos en que puedan determinar lo que realmente sucedió, para que se nos deje de acusar injustamente”.
Puerto La Cruz / Javier A. Guaipo
