La parranda de San Pedro, que se celebra todos los 29 de junio, es la manifestación popular, cultural y religiosa más importante de Guarenas y Guatire.
Los mirandinos desde un día antes ya empiezan a darle vida a la tradición del apóstol hasta cumplir con dejar la imagen en la Iglesia Santa Cruz de Pacairigua en Guatire, donde duerme hasta el día de la procesión.
Entre peticiones, plegarias y agradecimientos por parte de los feligreses arranca el recorrido desde muy temprano, llevan al santo a andar por las calles del pueblo donde el sentimiento de euforia y algarabía toma el protagonismo.
La comparsa está comprendida por los Sanpedreños, que son los personajes que andan vestidos de pumpá y levita con sus rostros pintados de negro; ellos, entre cantos, cuatros y maracas simbolizan a los esclavos en la época colonial. Los Tucusitos, que visten de amarillo y rojo, representan la bandera de conservadores y liberales.
"Así comienza el recorrido para visitar los hogares, las personas le obsequian a los Sanpedreños bebidas, algunos dan dinero. Durante la procesión hay danzas tradicionales de la parranda a las que se incorporan elementos teatrales en honor al santo" explicó el profesor y cultor, Nestor Sanoja.
Agregó también que luego la peregrinación se dirigen a una casa de algún devoto, donde se prepara comida criolla para el grupo. El plato es conocido como el Tropezón y, regularmente, se trata de un sancocho cruzado con gallina y res.
Música
En el caso de la música, es interpretada por un conjunto formado por tres o más cuatristas que están incorporados a la comparsa y visten el mismo atuendo. Las coplas son alusivas a la fiesta y a San Pedro. "También complacen al público con algunas tonadas", agregó Sanoja.
El vestuario es variopinto. El niño que porta una bandera identificada con la Parranda de San Pedro llamado banderillero o abanderado, luce sombrero de copa y pañuelo en el cuello, paltó negro, pantalón y alpargatas, mientras que el cargador del santo, -imagen que está adornada con flores- se atavia igual que el resto de los parranderos.
El personaje de María Ignacia está representado por un hombre vestido de mujer con una bata floreada, una blusa manga larga, sombrero de cogollo, alpargatas y el rostro embetunado.
"Es representado por un hombre porque prometió que si moría saldría su esposo a seguir la devoción. Ella lleva en los brazos una muñeca de trapo negra, que representa a su hija Rosa Ignacia y a su lado están los Tucusitos, dos niños que representan sus dos hijos", señaló Sanoja.
Esta tradicional festividad fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de Humanidad por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) el 5 de diciembre de 2013.
Caracas / AVN