“El Caimán”. Así era llamado cariñosamente por sus amigos el taxista Wilmer Rafael Rivera, de 54 años, quien murió ayer a manos de dos delincuentes en Puerto La Cruz.
Era uno los 100 afiliados de la Asociación Cooperativa Servitrans Ejecutivo 3.000 RL, que prestan servicio desde el Aeropuerto Internacional General José Antonio Anzoátegui de Barcelona.
Rivera había salido a las 7:30 am de su domicilio del barrio El Espejo, rumbo al terminal aéreo.
Dos sujetos que simularon ser pasajeros detuvieron al transportista cerca de la urbanización Los Cortijos de Oriente. Allí abordaron el carro Chery Orinoquia, color blanco, siglas 09AB6CT, rumbo a Puerto La Cruz.
Una versión indica que en el trayecto uno de los atracadores ultimó de un balazo en el costado derecho a Rivera. Otra señala que lo mataron tras bajarlo automóvil en la avenida Jorge Rodríguez, frente a Cereales La Cruz, a la altura del barrio Molorca.
Compañeros de labores del taxista siguieron el carro cuando pasó, a unos 190 kilómetros por hora, por el peaje de Mesones. Se les perdió de vista después del Km 52.
En el sitio se presentaron oficiales del Eje de Homicidios de la policía científica, que iniciaron las averiguaciones para conocer la identidad de los asesinos.
Los restos del conductor fueron trasladados, a las 10:00 am, a la morgue del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf).
Los taxistas Jesús González, Luis Marcial, Tiburcio Travieso y Óscar Madrid lamentaron el deceso de su compañero, quien tenía 26 años de servicios en Servitrans. Además jugaba softbol.
González manifestó que Wilmer Rivera era muy apreciado en su gremio, así como por empleados de las líneas aéreas y militares de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
La estudiante Yohanni Cariaco mencionó que Rivera era su suegro desde hacía dos años y que jamás fue atracado en ese lapso. Demandó justicia.
Parientes iban a darle la mala noticia a la primogénita del taxista, Wilmaris Rivera, quien tiene un año en Ecuador.
Barcelona / Yraida Núñez
