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El Tiempo Informando al Pueblo Oriental

70% de pacientes epilépticos bajo control médico llevan una vida normal

marzo 28, 2022
La epilepsia es una enfermedad que puede ser detectada con diagnósticos correctos / Foto: Cortesía

A propósito del Día Púrpura, como se identifica la fecha dedicada a la epilepsia, el doctor Oscar González, neurólogo pediatra y neurointensivista del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), destaca que se trata de trastorno del sistema nervioso central en el que la actividad cerebral normal se altera, provocando convulsiones o breves movimientos involuntarios y hasta pérdida de la consciencia

El especialista señala que 70% de las personas tratadas y diagnósticadas con epilepsia pueden llevar una vida normal y, en su mayoría, cuando son controladas, no producen retardos mentales ni déficit neurológicos.

En una nota de prensa, dijo que antecedentes genéticos, traumas craneoencefálicos, isquemia, asfixias en los partos, infecciones del sistema nervioso central (meningitis, encefalitis), tumores cerebrales y para el caso del adulto mayor, enfermedades degenerativas como el Parkinson, esclerosis múltiple, demencia y los ataques cerebrovasculares causan la enfermedad.

Diagnóstico a tiempo

Explica que el diagnóstico de epilepsia en Latinoamérica descansa esencialmente en la clínica y en el registro del electroencefalograma.

“Es importante interpretar y diagnosticar la epilepsia a tiempo porque hay una patología que se desencadena de ello, denominada SUDEP, que no es más que un evento catastrófico en pacientes no tratados, o que llevan un control inadecuado, situación que puede desencadenar en la muerte”.

Para el diagnóstico, González describe que se requiere primero un interrogatorio clínico por parte del neurólogo, luego exámenes como el electroencefalograma (EEG), acompañado de otros estudios de neuro-imágenes. “Las dificultades diagnósticas más importantes se encuentran en casos de crisis psicogénicas, síncopes, espasmos del sollozo y trastornos del sueño”.

Destaca que en la población pediátrica tiene particular importancia, debido que puede incidir en el neurodesarrollo y en las dificultades en el aprendizaje, entre otras alteraciones.

“Los patrones convulsivos son diferentes en cada individuo, ya que dependerá de las estructuras cerebrales que se ven implicadas. Esto es uno de los motivos que interfiere en su interpretación como convulsiones y, más allá, en la aceptación por parte de los padres, ya que solo admiten la crisis generalizada como convulsiones.

Casos especiales

“Existen casos en que el paciente no responde a tratamientos farmacológicos, por lo que se recurre a otro tipo de procedimientos, como la estimulación del nervio Vago (SVN), una dieta cetogénica, así como el tratamiento quirúrgico, sólo en los casos elegibles, obteniéndose excelentes resultados, siempre y cuando sea efectuado por un profesional idóneo y con experiencia en el tema”, acota.

Para la doctora Beatriz Villalobos, neuropsicóloga clínico del GMSP, mientras más tardía aparezcan las crisis epilépticas, mejor es el pronóstico desde el punto de vista funcional en el área neurocognitiva, de comportamiento y emocional.

Agrega que el trabajo del neuropsicólogo va de la mano del que realiza el neuro pediatra. El primero se encarga del cerebro, mientras que el segundo especialista, de las funciones de este gran órgano.

"Luego de las evaluaciones que realizan ambos galenos desarrollamos un plan de trabajo para estimular al niño, con las deficiencias que pueda estar presentando a raíz de su tipo particular de epilepsia”, precisa Villalobos, al tiempo que resalta la importancia de poder atacar lo más temprano posible las dificultades que pueda estar generando la epilepsia en el niño, pues ello repercute en un mejor desempeño escolar, social, familiar, en términos generales mejorará su calidad de vida.

Pasos a seguir

El primer paso es identificar el tipo de epilepsia, porque hay muchas, como, por ejemplo, del lóbulo frontal, del temporal, del occipital. Cada una impacta neurológicamente de forma diferente lo que son las funciones del niño. De ahí la importancia de la evaluación neuropsicológica completa desde que se detectan las primeras crisis; el compromiso neurocognitivo en cada caso puede ser diferente para cada niño, variando también según la edad de inicio.

En cuanto al tratamiento, dice que es necesario el abordaje farmacológico propio del neuropediatra dirigido a controlar las crisis, es fundamental trabajar en un plan de rehabilitación neurocognitiva buscando estimular: memoria, atención, concentración, lenguaje, razonamiento, desenvolvimiento social, entre muchas otras funciones cognitivas y emocionales que pudiesen hallarse alteradas a raíz de la epilepsia; teniendo en cuenta el efecto de los fármacos sobre la conducta del niño, tanto en el área cognitiva como en la emocional y comportamental; además de las complicaciones adicionales que pueden darse en caso que sufra de alguna otra patología, adicional a la epilepsia.

Evaluaciones

Las evaluaciones neuropsicológicas periódicas no sólo permitirán realizar acciones dirigidas a estimular las áreas afectadas y llevarlas a un mejor nivel de funcionamiento; sino que además son la forma de medir cómo va evolucionando y respondiendo cognitivamente el niño, a los abordajes tanto farmacológico como terapéutico.

Agregó que los niños que sufren de epilepsia presentan fallas a nivel de memoria, concentración, atención, dificultades académicas, de desenvolvimiento social, de irritabilidad, e impulsividad; de lenguaje, motoras y también emocionales. Por eso deben ser chequeados, para aplicarles el tratamiento más adecuado.

Caracas / Redacción Web

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