Cargar tobos desde una quebrada hasta sus viviendas para abastecerse de agua es una dinámica que se ha mantenido por años en el sector El Ciruelar del municipio Guanta, debido a la falta de un sistema adecuado de distribución del recurso natural.
Niños, jóvenes, adultos y hasta los de más avanzada edad en el hogar cumplen con esta rutina a diario para poder bañarse, lavar, cocinar y mantener aseada sus casas.
Unos bajan dos o tres veces al día a la quebrada que pasa por la calle principal del sector La Sirena, mientras que otros lo hacen hasta cinco o seis veces, todo depende de la necesidad que tengan en esa ocasión.
"El problema está en la segunda entrada de la comunidad, ya que en la primera sí les llega agua por tubería. Nosotros tenemos la tubería, pero nunca se activó el sistema de bombeo para que suba el agua. Por eso yo bajo hasta seis veces para la quebrada y hasta me traigo a mi nieto de cuatro años y todos cargamos tobos para los quehaceres del hogar", expresó el ama de casa Rosa Honore.
Otra de las residentes afectadas por la situación, Albelis Martínez, quien precisamente se trasladó hacia el cauce hace unos días para lavar su ropa, manifestó que está "cansada" de esta situación.
"Todas las familias vienen a lavar para acá y luego se llevan agua para fregar o beber. Ya la gente está cansada, la alcaldía debería activar esa tubería y activar el servicio como está en la primera entrada de El Ciruelar. En la segunda entrada pareciera que vivimos puros camellos", acotó la costurera.
Alcaldes ausentes
De acuerdo con lo relatado por vecinos consultados, el exalcalde Jhonnathan Marín logró la instalación de las tuberías y la construcción de un tanque para surtir de agua tanto la entrada uno como la dos de esta comunidad, pero luego "dañaron todo".
"Después metieron la tubería de gas para poner gas directo y dañaron ese trabajo del mejor alcalde que tuvo Guanta. Los de esa empresa dijeron que iban a acomodar la tubería de agua, pero desde hace más de 10 años, nadie se metió para acá. Para acá no vino Marcelo y Natali sólo vino cuando pintaron el puente de El Ciruelar. Los mismos vecinos de la entrada uno habilitaron el tanque que hizo Jhonnathan Marín metiendo una tubería que trae agua del manantial que pasa por aquí", agregó la moradora Annelises Martínez.
Según los propios afectados, los "cisterneros" que laboran en la zona cobran hast 15 dólares por llenar un tanque de agua.
Algunos hacen el sacrificio de obtener el recurso por esa vía "para descansar de tanto cargar tobos".
Los residentes entrevistados exhortaron a las autoridades a que mejore el servicio de recolección de desechos sólidos, ya que cuando los camiones tardan semanas en pasar por el sector, se ven en la "obligación" de arrojar los desperdicios a la quebrada para no tenerlos acumulados en sus viviendas.
Guanta / Jesús Bermúdez