Un vertedero de basura improvisado tiene preocupado a más de un vecino del sector Chuparín Central, en el municipio Juan Antonio Sotillo.
El botadero de desechos está ubicado exactamente detrás de la iglesia San José Obrero, entre las calles Principal y Torres.
En el sitio hay decenas de bolsas de desperdicios, restos de frutas, cajas, envases de plástico, entre otros objetos.
Según lo expresado por residentes consultados, este punto se volvió crítico desde hace dos años aproximadamente, cuando habitantes de otros sectores, entre esos Valle Lindo y Las Charas, empezaron a colocar sus desechos sólidos en el lugar antes mencionado.
"Ya tenemos dos años con ese problema. Primero tiraban la basura detrás del mercado de Chuparín, pero como eso lo trancaron, ahora vienen para acá. Lo peor es que por aquí pasa el aseo constantemente, un día sí y un día no, pero apenas recogen la basura se vuelve a llenar en pocos minutos. Para darle solución a esto yo creo que tienen que colocar un policía que vigile continuamente", manifestó el señor José Manrique, quien vive en la zona desde hace 10 años.
De acuerdo con lo relatado por otro de los vecinos, el carpintero Héctor Serrano, el vertedero de basura improvisado también es alimentado por habitantes de Chuparín.
"Tengo dos años viviendo por aquí y he tratado de sanear esa zona con ayuda de otros vecinos, pero muchos no colaboran y lo que hacen es insultar a uno. Ya he tenido problemas con diferentes personas que echan basura allí", añadió.
Serrano, quien vive en la calle Principal de la comunidad, a pocos metros del botadero, apuntó que el olor que emana de ese espacio es "insoportable".
Dijo que en ese sitio también han dejado restos de animales y decenas de pañales sucios, lo cual produce un alto nivel de contaminación.
"Le hago un llamado a las autoridades a que sancionen a las personas que botan basura allí. Hay gente que viene de otros sectores con camiones repletos de basura y hasta escombros. Yo soy uno de los más afectados", finalizó.
En horas de la mañana de este martes se observaron indigentes abriendo las bolsas de desechos y llevándose lo que consideran que les puede servir. También había uno que otro perro escarbando entre la basura y dejando regados los desperdicios.
Puerto La Cruz / Jesús Bermúdez
