Venezuela acusó el lunes a la Organización de los Estados Americanos (OEA) de señalar su crisis para preparar una intervención militar, después de que doce naciones de la región y varios expertos denunciaran en Washington la situación humanitaria del país.
“Se está construyendo un caso de intervención en Venezuela, aquí hay un teatro montado”, sentenció el viceministro venezolano para América del Norte, Samuel Moncada, en una de sus duras afirmaciones en Salón Bolívar de la OEA.
Esa fue su descripción del Consejo Permanente Extraordinario sobre Venezuela convocado en la OEA a propuesta de Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.
La sesión comenzó, como todas las que se celebran sobre Venezuela sin su aprobación, con las quejas de la delegación de ese Estado y las de la de su fiel aliado, Bolivia. En esta ocasión, Nicaragua y Ecuador, tradicionales socios de Caracas, no salieron en su defensa y optaron por no intervenir en toda la reunión, que duró tres horas.
Los Estados de la OEA invitaron a tres expertos para que aportaran datos sobre la situación humanitaria en Venezuela y doce países tomaron la palabra después para subrayar la gravedad de la crisis y sus consecuencias en toda la región, con el gran aumento del número de inmigrantes en varias naciones.
Las delegaciones que denunciaron la situación en Venezuela fueron Colombia, México, Argentina, Chile, Panamá, Perú, Costa Rica, Paraguay, Guatemala, Uruguay, Estados Unidos y Brasil.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, consideró la sesión “un importante paso” porque, según su interpretación, “Venezuela ha reconocido finalmente la existencia de una crisis humanitaria”, algo que Moncada negó haber hecho. “También queda claro, y esto en función de todos los expertos, que la crisis es autoinflingida por el régimen bolivariano a su pueblo”, dijo Almagro en declaraciones a un grupo de periodistas tras la reunión.
En este contexto, el excanciller uruguayo pidió a los Estados de la OEA “más sanciones y sanciones más duras” a los “funcionarios de la dictadura y a sus familiares” y consideró que “la peor sanción para Venezuela son 6 o 12 años más del régimen de Maduro”.
Moncada, que también habló con la prensa tras la sesión, negó rotundamente haber admitido que en Venezuela haya una crisis humanitaria. “No niego las dificultades económicas, llámelo crisis económica, pero cuando hablan de crisis humanitaria es que el Estado colapsó”, afirmó, para añadir que, con ese argumento, los países de la OEA quieren justificar que es necesario el “tutelaje” de Venezuela y preparar el terreno para una “intervención” que “derroque” al actual Gobierno.
“Nosotros tenemos que actuar, el Gobierno que salga el 20 de mayo (elecciones presidenciales en Venezuela) tiene que cambiar radicalmente la situación económica, hacer un nuevo programa de refundación económica que cambie el modelo actual que ya se agotó, lo que no podemos permitir es que vengan a creer que pueden tutelarnos a nosotros”, indicó. Dentro de la sala, durante la sesión, Moncada dejó claro desde el principio el rechazo y “desconocimiento” de su Gobierno a todo lo que ocurriera en el encuentro.
“Esta es la peor actitud posible, por eso hace un año decidimos salir de la OEA (se hará efectivo en abril de 2019), nos están hundiendo en una crisis para presentarse como salvadores, Estados Unidos dice que ofrece 21 millones de dólares y está bloqueando 1,200 millones de dólares”, señaló.
Moncada fue especialmente crítico con el cardenal Baltazar Porras, presidente de Cáritas en Venezuela, al que acusó de haber estado involucrado en el intento de golpe de Estado de 2002 contra el entonces presidente Hugo Chávez. Porras denunció en un vídeo que se emitió en la sesión que Venezuela está en una “verdadera emergencia humanitaria”.
El director regional para América del Sur de la Organización Internacional para las Migraciones, Diego Beltrand, por su parte, explicó el aumento del flujo migratorio de venezolanos a nivel mundial, de 700,000 en 2015 a 1.642,000 en 2017. Julio Castro, profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, señaló tendencias alarmantes como el aumento de la mortalidad materna y la “epidemia” de difteria y sarampión.
Washington / Agencia