Felipe Rivero admitió que le sorprendió que Piratas de Pittsburgh se deshiciera de Gerrit Cole y Andrew McCutchen en la última semana, como parte de una reorganización del róster que el equipo de Grandes Ligas e insiste que no significa que estén empezando de cero.
“Habían dicho que querían conservarlos”, dijo el taponero venezolano. “Es difícil ver que se van dos de los mejores jugadores”.
Rivero no parece que vaya a seguirles los pasos tras firmar el jueves un contrato por cuatro años y 22 millones de dólares, que incluye opciones del equipo que podrían extenderlo a seis temporadas y 41 millones.
El zurdo de 26 años, adquirido en un canje con Nacionales de Washington en 2016, recibirá una bonificación de dos millones por estampar su rúbrica.
El contrato cubre los años en los que hubiese sido candidato al proceso de arbitraje salarial, lo que le otorga cierta tranquilidad.
“Quiero estar relajado, y no tener que pensar en casos de arbitraje”, expresó Rivero. “Sólo quiero ayudar lo más posible al equipo”.
Rivero se convirtió en el cerrador de Pittsburgh en mayo del año pasado y tuvo marca de 5-3, con 1.67 de efectividad y 21 rescates en 75.1 entradas.
Deseo
El oriundo de San Felipe dejó que su hermana negociara junto con su agente, empeñado en que quería permanecer con los bucaneros.
“Cuando me canjearon, aquí me hicieron sentir como en casa”, recordó. “Por eso quería quedarme aquí unos cuantos años más”.
El gerente general de Pittsburgh, Neal Huntington, indicó que la novena se sintió honrada por la decisión de Rivero, uno de los pocos puntos positivos de una pésima campaña de 2017.
Los corsarios enviaron el lunes al jardinero McCutchen a Gigantes de San Francisco, después de canjear la semana pasada al abridor Cole a Astros de Houston.
Pittsburgh / AP
