Vendedores de pescado que laboran en un triángulo vial de la avenida Costanera, a las afueras del sector Fernández Padilla de Barcelona, denunciaron la intención de la Alcaldía del municipio Bolívar de desalojarlos y reubicarlos en otro sitio.
Consideran que la acción del ayuntamiento es “inapropiada”, al alegar que hay personas que llevan hasta 40 años trabajando en ese lugar, y que irse de allí representaría la pérdida de la clientela y, por consiguiente, los ingresos con los que subsisten día a día.
Brioliyer Laya, David Salazar y Leonardo Gimón, en representación de los siete expendedoras allí instalados, manifestaron estar en la disposición de trabajar con la municipalidad para mejorar las condiciones del espacio y pagar los impuestos correspondientes. No obstante ratificaron que no piensan mudarse.
“Nosotros somos humildes madres y padres de familia, que tenemos a nuestros hijos estudiando aquí mismo en la comunidad, en la que también vivimos. Irnos implicaría tener que pagar un transporte diario para ir y venir, y las ganancias no nos dan para eso. Eso solo nos perjudicaría”, señaló Laya.
Personal del ayuntamiento barcelonés, bajo los planes de recuperar y ordenar la ciudad, se presentó para notificarles a los vendedores de pescado que la normativa urbana vigente no permite la instalación de comercio alguno en ese punto. El vocero fue el director de Urbanismo y Catastro de la Alcaldía de Barcelona, Ramón Yánez.
Sin embargo, expresó que ante las inquietudes de estos trabajadores se acordó realizar una reunión en el transcurso de la semana próxima, a fin de que hagan una propuesta para ser analizada por las autoridades.
Aun así, ambas partes confirmaron que existe un plazo hasta el 20 de marzo para que los comerciantes vendan la mercancía existente.
Al menos tres veces en diferentes gestiones, las autoridades locales han tratado de desalojar a las personas que laboran en el triángulo vial.
En esta ocasión hubo diálogo, pero aseguraron que anteriormente fueron víctimas de agresiones por parte de funcionarios de seguridad.
Broliyer Laya explicó que desde hace 16 años vive en la casilla policial que se hallaba abandonada y que hace cuatro años, en uno de los intentos de desalojo, les incendiaron la estructura.
“Los alcaldes que han pasado por Barcelona, incluyendo a Luis Marcano que ahora es gobernador, me han visitado y me han prometido asignarme una vivienda aquí en Fernández Padilla, pero eso se ha quedo en palabras”, acotó.
Los vendedores afirmaron que, junto al Consejo Comunal de la zona, ya están elaborando la propuesta de cómo podría ordenarse y usarse el espacio, sin afectar el orden urbano, para dar continuidad a sus labores.
Barcelona / Andrea Aroca
