Macarapana era la referencia de zona fresca, montañosa y ecológica, del municipio Bermúdez, en el estado Sucre. El verbo se conjuga en pasado porque los problemas ambientales de la parroquia abundan hoy día.
La parroquia es la única del municipio con una fuente de agua propia, con el acueducto El Chuare y en su territorio está ubicada la reserva forestal de La Cerbatana, con su bosque húmedo y la producción del agua, tan necesaria para la vida.
Sin embargo, hace 13 años se dañó la planta de impulsión de aguas servidas de la parroquia, en el sector El Maco, y comenzaron los problemas.
Primero lo sintieron los sectores que circundan la destilería Carúpano, donde terminaron por abrir una boca de visita y comenzaron a descargar las aguas putrefactas al cauce del río Chuare.
Manuel Marcano, vecino del sector El Cementerio y un consecuente denunciante de la situación, explicó que hace una década, en un mandato pasado del actual alcalde Julio Rodríguez, se llevaron la bomba de la instalación, la retuvieron por un año y cuando la pusieron de regreso, no sólo no sirvió, sino que se agravaron los problemas.
De la planta, las aguas servidas van a la descarga en el sector Boca de Río, porque tampoco en esa zona de Bermúdez hay una planta para tratar esos desechos y directamente van al mar.
En sectores como La Chivera, las tanquillas colapsadas atestiguan el colapso progresivo de la red parroquial.
Lourdes Villarroel, vecina del sector, dijo que conviven a diario con los malos olores y con la vista del derrame, que cae hacia las viviendas que quedan en el camino al río.
En el sector Chorochoro, Jesús Rivera dijo que en la comunidad el problema es grave porque los derrames ocurren dentro de las viviendas.
Manuel Marcano explicó que hace exactamente un mes volvieron a colocar la bomba, remozaron la caseta, pero lejos de solucionar, por el tiempo de inactividad, colapsaron varias tuberías, no funcionó bien el equipo y debieron apagarlo.
Lo que vino después es lo que tiene indignados a los vecinos. El líder de la comunidad Carlos Millán, informó que en la planta hace falta un tablero, y como no pudieron activarla, derivaron un tubo con la descarga completa al río, que aumentó la contaminación.
Ahora, el notorio derrame es una verdadera catarata de cloacas que a su paso va dejando una estela de contaminación e insalubridad.
Los vecinos reclamaron soluciones, porque según dijeron ya es demasiado tiempo esperando y el deterioro de la calidad de vida en la parroquia es notable.
Bermúdez/ Yumelys Díaz
