Ubicado en pleno corazón de la comunidad, el multihogar de Campo Ajuro, en la parroquia Santa Catalina de Bermúdez, en el estado Sucre, acumula el abandono de cinco años, mientras los habitantes de uno de los barrios más antiguos de Carúpano, esperan por el rescate de la estructura, que durante mucho tiempo sirvió de cuidado diario para sus hijos, Los jefes de familia, en su mayoría, son trabajadores del mercado municipal, cercano a la zona.
Luis López, habitante y vocero vecinal de Campo Ajuro, explicó que en el multihogar había cupo para 105 niños del sector, una matrícula que quedó en el aire cuando la estructura fue desalojada por el deterioro de la estructura.
Actualmente, dijo el dirigente, hay que arreglar los baños, el techo y hacer otras labores de mantenimiento, además de dotarlo para que pueda atender a la población infantil de la comunidad.
Dijo que en la estructura se podían llevar a cabo jornadas de salud y de vacunación, pero en el estado en que se encuentra no se puede hacer nada.
Agregó que la dirigencia vecinal guardó piezas sanitarias, entre otros objetos, para evitar que se los robaran.
López pidió al alcalde Julio Rodríguez y a su esposa, Raquel Candiales, que dirige la política social en el municipio Bermúdez, que tomen en cuenta la petición, porque se trata de una institución necesaria.
A la voz de López se unió la del vecino Renzo Bautista, cuya casa queda frente al abandonado multihogar.
Bautista solicitó a las autoridades que reparen el cuidado diario, pues lo requiere la numerosa población infantil de la zona. “Los padres de este sector necesitan el multihogar para dejar a los niños y poder salir a trabajar”.
Antonio Montilla Bello pidió a las autoridades resolver el tema del multihogar y en especial al alcalde. “Hay muchos niños en la calle y se necesita que sus padres vayan a trabajar y que sean atendidos en el cuidado diario”.
Al lado de esta estructura está la, aún funcional, capilla de Campo Ajuro, donde semanalmente un sacerdote oficia las misas.
López y Bautista pidieron a las autoridades un cariño para la pequeña iglesia católica, que luce abandonada porque no tiene puertas ni ventanas.
López pidió a las autoridades de Cáritas, en Carúpano, que no los olviden porque aparte de las muchas necesidades del barrio, también creen que deben hacer algo por la pequeña iglesia.
Agregó Bautista que no deben dejar que la estructura se deteriore más porque si es así no la van a poder rescatar.
Aprovechó para denunciar el daño que causa en la comunidad el derrame de aguas servidas en el río, como consecuencia de la rotura de la descarga a la altura de La Viña.
La aducción se fracturó y todas las aguas servidas de la zona sur y este de Carúpano corren libremente por el río Rivilla.
Carúpano/ Cecilia Lárez
