Esta semana de cuarentena radicalizada, las paradas de transporte público en el municipio Sotillo fueron rodadas unos cuantos metros de donde solían encontrarse. La reubicación generó quejas entre los ciudadanos, pues ahora deben recorrer tramos más largos cargados de bultos.
Hasta la semana pasada, el abordaje de pasajeros de las rutas Vía Alterna, Intercomunal, Tronconal, San Diego y El Rincón se hallaba al frente de la sede de El Tiempo y este lunes fueron trasladadas a las cercanías de la oficina del Banco Bicentenario de la misma avenida Municipal.
El ama de casa Gladys Barrientos, habitante de Tronconal III, manifestó su descontento porque se ve obligada a realizar las caminatas para ir a sus diligencias y retornar.
“No entiendo por qué mueven tanto las paradas si de igual forma la movilización en la zona no ha cambiado, sigue llegando gente. Considero que esta medida no detiene los contagios de Covid-19 como manifiestan en la alcaldía”, comentó la ciudadana, quien aseguró tener problemas en la columna.
Diego Vivas coincidió con Barrientos al señalar que “en las paradas no existe un control para hacer respetar las normas preventivas. No hay distanciamiento y la gente se pone el tapaboca cuando se acuerda”.
La inseguridad por las aglomeraciones en las paradas también causa molestia entre quienes visitan la ciudad.
“Aquí no hay regla que valga, los autobuses y los fiscales hacen lo que les conviene y los pasajeros tenemos que aguantar. Aparte de eso tenemos que estar pilas porque entre gritos y empujones los choros empiezan a sacar teléfonos y las carteras de los bolsillos. No podemos descuidarnos ni un ratico”, añadió Vivas.
Puerto La Cruz / Milena Pérez
