Vivir en San Pedro, comunidad ubicada en la parroquia Raúl Leoni del municipio Sucre, estado Sucre, representa un reto a la paciencia pues sus habitantes deben lidiar a diario con problemas que generan tanto la mala distribución de gas como las fallas eléctricas.
Bilenys Rivas, ama de casa, es una de las personas afectadas por la situación y relató que no contar con esos dos servicios le trajo consecuencias a su salud.
"En mi caso, que sufro de la vista, cocinar en mi casa se volvió un suplicio. Debo hacerlo muchas veces, porque el gas no llega por esta zona y el humo me afecta, me hace sentir mal. No puedo remediar la situación con una cocina eléctrica, porque muchas veces no hay luz y no se pueden usar esos aparatos", señaló la dama.
Marcano y su hijo, un bebé de siete meses, son dos de las víctimas de la falta de gas en San Pedro. Ambos padecen de asma bronquial y exponerse al humo de manera constante les produce serveras afecciones respiratorias. La mujer siente que todo lo que les sucede es un reflejo de la falta de atención que tienen los dirigentes políticos hacia su pueblo.
"El señor Gilberto Pinto (gobernador de Sucre) dice que aquí cocinamos normal, sin leña, pero no es así. A él le digo que se meta para acá, para que vea lo que es bueno. Aquí, en San Pedro, sufrimos por la falta de gas. Cuando cocino hasta 15 días seguidos con leña. Mis pulmones fallan y eso me asusta muchísimo. Estoy viva por la misericordia de Dios, al igual que mi hijo que padece no soporta el humo y siempre presenta cuadros de asma, algo que me obliga a llevarlo al hospital de manera recurrente".
Esta dama, que aseguró que la falta de gas también afecta a zonas como Camoral y otras partes de la zona rural del municipio Sucre, afirmó que sólo se distribuyen bombonas cada mes en su sector y si alguien no tiene cilindros para recargar se queda con sus recipientes vacíos.
Marcano indicó que otro obstáculo que debe "sortear" para cumplir sus labores hogareñas es la falta de electricidad, pues en San Pedro se registran apagones diarios. Eso impide que los alimentos se congelen y se dañen ante la mirada de los ciudadanos.
Los fluctuaciones de luz también causan que los artefactos electrodomésticos se quemen y, como consecuencia, que los sucrenses destinen grandes sumas de dinero en la reparación de los objetos. Esto merma su poder adquisitivo y disminuye su calidad de vida, razón por la que aspiran a que la situación concluya en corto plazo.
"Cuando viene la lluvia y hay brisa, nos quedamos sin luz. Aquí la electricidad llega cinco minutos y después se va sin ningún tipo de explicación. A veces pasamos todo un día sin energía y no hay respuestas de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec). Nadie de Cumaná (donde queda la oficina principal del ente) viene para acá, a la vía del Turimiquire, para solventar nuestros requerimientos y eso nos molesta bastante. Queremos que todo esto cambie porque merecemos tener una mejor calidad de vida", concluyó.
Cumaná / Joseph Ñambre
