El secretario del Gobierno regional, Sergio Padrón, reiteró la mañana de este lunes la solicitud del cese de la intervención de la Policía del estado Anzoátegui (Polianzoátegui), tras conocer que la escuela estadal Simón Rodríguez, ubicada en el sector Las Malvinas del municipio Independencia, fue visitada por los amigos de lo ajeno durante el fin de semana.
Los antisociales cargaron con los aires acondicionados, lavamanos, pizarrones, entre otras herramientas de utilidad para los estudiantes y maestros.
“Esta es una situación que es recurrente en todas y cada una de las instituciones públicas. Se ven reflejadas en las escuelas, bibliotecas, hospitales, etc, que cada día son víctimas del hampa, producto de que no están recibiendo la atención de Polianzoátegui. Las instituciones no están siendo incluidas dentro del plan de vigilancia, por eso hemos venido solicitando desde hace tiempo el cese de la intervención”, insistió.
Y es que desde que el gobernador Antonio Barreto Sira llegó al poder en el 2017, el cuerpo de seguridad regional pasó a ser manejado por el Ejecutivo nacional, a pesar de que la gobernación es la instancia que tiene la responsabilidad de cancelar los sueldos a todo el personal uniformado y administrativo.
“El gobernador ha venido haciendo gestiones frente a los ministerios respectivos, Vicepresidencia y Consejos Federales de Gobierno pero han hecho caso omiso. Mientras, siguen ocurriendo hechos irregulares, no sólo en las instituciones sino también en las carreteras. Es una situación alarmante porque el gobernador tiene planes y proyectos específicos desde el punto de vista de seguridad”.
Para Padrón esta intervención es política, con el fin de dejar al mandatario del estado sin el control de la policía. Sin embargo, afirmó que la población es la más perjudicada.
Por ahora, el secretario de gobierno manifestó que cuando tiene la oportunidad de asistir a las asambleas en las escuelas les pide a las comunidades educativas que se organicen, con brigadas de vigilancia, para encargarse de la custodia de esas instalaciones.
Barcelona / Elisa Gómez
