Los cuerpos de ocho personas que permanecieron por más de seis meses en la morgue del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), en Barcelona, y que no habían sido reclamados por sus familiares, fueron enterrados en una fosa común en el cementerio municipal de Puerto La Cruz.
Sólo dos estaban identificados: Nicolás Sequera, de 69 años, e Ivis Areinamo, quien murió en un accidente de tránsito.
Parientes de otras víctimas acudieron al anfiteatro, pero después no volvieron a reportarse, dejando abandonado los cadáveres.
Puerto La Cruz / Eleida Briceño