“Ya no hallamos qué hacer. Esta situación no la aguanta nadie. El mísero salario que ganamos los maestros no nos alcanza para nada”.
Expresiones como estas corresponden a Olivia Romero, quien se desempeña como docente, viendo como la compensación de la labor educativa cae estrepitosamente frente a la profunda y grave crisis económica existente en el país.
La pérdida del valor adquisitivo del bolívar a causa de la crisis económica, ha descendido a niveles ínfimos destruyendo nuestra calidad de vida.
"Un docente, hoy en día, no haya cómo comprar un par de zapatos; ni cómo responder a las necesidades básicas. Esto constituye una vergüenza", explicó La Mañana.
Decepción
"Vivimos el día a día. Salimos a los establecimientos comerciales a ver qué podamos comprar, y nos encontramos que los precios suben a diario, según el comportamiento del dólar paralelo. Lo que no entendemos, es por qué el gobierno no ha podido controlar el comportamiento de los precios, en una de las economías más inestables y perjudiciales para la vida de los venezolanos", expresó.
Se preguntó si algún día se solventará la crisis venezolana, pues de lo contrario tanto ella como sus colegas están condenados a morir de mengua.
"Los maestros pasamos hambre y estamos llegando a niveles de miseria. Es triste reconocerlo y decirlo, pero esta es una verdad que no podemos ocultar. En consecuencia, necesitamos que los gobernantes trabajen eficientemente a fin de estabilizar la economía y nuestra calidad de vida", concluyó.
Coro / La Mañana